A la vez que tres mujeres enseñaban las tetas en el Congreso, Wert,
Gallardón y Montoro mostraban allí mismo sus ideas. Las mujeres fueron
expulsadas del Hemiciclo y conducidas al furgón policial. Gallardón y
Montoro fueron aplaudidos y escoltados al coche oficial. Es lo que tiene
la democracia, que no tolera un desnudo en sede parlamentaria pero
blinda a un gobierno que engaña y arruina a un país entero. Las tetas
forman parte de la anatomía humana, están ahí de forma natural, pero las
mentiras son una prótesis, un añadido artificial como ponerse un
peluquín o hacerse una liposucción. Las prótesis se colocan para ocultar
las taras del cuerpo y las mentiras se cuentan para esconder las del
alma. La verdad es a veces lo peor de nuestra anatomía, por eso el
primer impulso es esconderla para triunfar. La verdad de Gallardón,
Cospedal, Rajoy o Montoro es mucho más pornográfica que las tetas de las
señoras que protestaban en las Cortes, pero ellos gozan de un estatus
superior gracias a las urnas y tras haber hecho una campaña electoral
llena de trucos, prótesis dialécticas más vulgares que un bisoñé de pelo
artificial, y mentiras tan burdas como una pata de palo. Con todo ese
maquillaje obtuvieron la mayoría absoluta que viene a ser como la
portada del “¡Hola!”. A partir de ahí se han tenido que poner a
legislar, a hablar del paro, de los bancos o de Bárcenas y cada vez que
lo hacen enseñan su verdadera anatomía, muy arrugada y decadente, de una
obscenidad macabra. Sin embargo, España entera ve los desnudos
ideológicos del PP en horario infantil sin que nadie denuncie tal
atrocidad. Y así, en este país de la obscenidad institucional, a uno le
parece más pornográfico el BOE que cualquiera de las revistas del género
erótico que se puedan vender en las gasolineras. De hecho, hay
ministros que afirman sentir repugnancia ante las tetas de una señora,
pero esconden bajo su colchón varios ejemplares atrasados del Boletín
Oficial del Estado con cuya lectura se excitan a solas. Hasta que en
este país las tetas asusten menos que las mentiras, no tendremos
arreglo. Ojalá llegue el día en que dos tetas tiren más que un par de
carretas llenas de embusteros.
DdA, X/2.509
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