Félix Población
No es el estudiante el que fracasa en la escuela, es el sistema el que fracasa. Se trata de un problema de concepción básica. Todo el mundo dice que educa para la paz, pero la verdad es que se educa para la competencia y en la competencia está la raíz de la guerra. ¿Cómo educo para la emoción si nunca se me han formado para ello? Conviene recordar los orígenes de la educación obligatoria, libre y gratuita en Prusia, durante el llamado Despotismo Ilustrado. Las bases de ese nacimiento operan hasta el día de hoy. Ayudar a producir el normal desarrollo de una persona, eso es educar: potenciar su capacidad intrínseca. Se deben potenciar sus facultades, no frustrarlas, como sucede generalmente con su curiosidad de aprender, que decrece a medida que crece el niño. Solo el 10 por ciento de los adolescentes mantiene la misma curiosidad abierta e intensa que tuvo a los cinco años. El niño tiene una maestro interior a los cinco años que le impulsa a aprender y deja de tenerlo quince años después, cuando lo que la educación debería haber propiciado y potenciado es que ese impulso hubiera crecido. El documental que acompaña este post constituye todo un ejercicio para reflexionar acerca de la enseñanza vigente. Lo que se expone debería ser tenido en cuenta por todos los padres que compartan al menos una mínima parte de lo que manifiestan los educadores en este vídeo. Serían fundamental para incentivar la educación que sus hijos no están recibiendo en la enseñanza actual. Esa educación prohibida es esencialmente vital porque trata de generar y dar curso a sus potencialidades creativas. El amor es necesario en todo el desarrollo de la vida. Máxime, en esa educación que nos enseña a vivir.
DdA, X/2.504
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