miércoles, 14 de agosto de 2013

LA SONRISA DE ARENAS BOCANEGRA DESPUÉS DE MENTIR Y OLVIDAR

Félix Población

Javier Arenas Bocanegra fue secretario general del Partido Popular ente 1999 y 2003, sucediendo en el cargo de Francisco Álvarez Cascos, que lo ocupó durante toda la década anterior. Ambos comparecieron ayer ante el juez Ruz, como ocurrió también con Cristóbal Páez, que sustituyó en la gerencia del Partido Popular al presunto delicuente Luis Bárcenas en 2009. Tanto Cascos como Páez, que reconoció haber recibido sendas pagas en dinero negro en 2007 y 2008 por un monto total de 12.000 euros, accedieron a la sede de la Audiencia Nacional con el rostro serio, pues ni la razón ni la circunstancia era proclive a mostrar otra actitud. Arenas Bocanegra, sin embargo, exhibe la cínica sonrisa de quien parece muy convencido de su inocencia o de los respaldos y fullerías que en última instancia podrían permitirle salir airoso del atolladero. Esa sonrisa y ese amago de saludo a la galería, cuando lo que escuchaba Arenas era la indignada reprobación de los ciudadanos reunidos ante la sede judicial, no parecen lo más coherente con el testimonio que acababa de dar ante Ruz, pues su declaración se basó en la dememoria y la mentira. Los presentes en la sala coinciden en señalar que no hubo pregunta comprometida que no fuera respondida con evasivas. Leo en Los Genoveses que Javier Arenas Bocanegra habló a juego con su segundo apellido y reiteró que hasta donde él sabía, entre sus funciones como secretario general no estaba supervisar la contabilidad. "Y que en realidad, esa era una zona con vida propia y autónoma en las decisiones. Por tanto, difícilmente puede opinar sobre algo que desconocía. Negó tantas veces como se le preguntó haber cobrado en B, ni cuando era cargo orgánico genovés, ni cuando ejerció responsabilidades en el Gobierno de Aznar. Todo en A. No tuvo más remedio que admitir que sí se celebraron las dos reuniones que Bárcenas mencionó en su declaración ante Ruz. Una en el despacho de Rajoy en Génova 13 y la otra en el Palacio de la Moncloa. Eso sí, no le consta que en ambas se hablara en los términos que dice el extesorero. El estuvo allí pero no se acuerda de nada. Como también admitió con desgana que tuvo un almuerzo en Sevilla a solas con Bárcenas, pero que tampoco sabría decir ni cuándo fue exactamente, ni mucho menos de qué hablaron. En definitiva -concluye la crónica del citado blog-, ayer no fue un día cualquiera. Lo sabe sobre todo y ante todo el juez Ruz. Sus sospechas se vieron confirmadas. Entre mentiras y silencios, se abrió camino, gracias al testimonio de un desconocido exgerente, una nueva vía de investigación". Bárcenas se ocupará, más pronto que tarde, de que las facturas y recibís de Páez lleguen a ser portada del diario nacional que todos tenemos en mente, aventura Los Genoveses.

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DdA, X/2.458

1 comentario:

Anónimo dijo...

Conviene recordar a Arenas por su segundo apellidoporque así posiblemente se acerque más a su personalidad.

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