jueves, 4 de julio de 2013

FRENTES, CONVOCATORIAS Y MANIFIESTOS CÍVICOS

Lazarillo

"¡Asumo ser el referente de una operación política que intente cambiar el país! ¡En esta noche yo he empezado la guerra! ¡El que quiera que me siga!". Lo dijo hace apenas un año en Sabadell, casi por estas mismas fechas, Julio Anguita, excoordinador de Izquierda Unida, exsecretario general del PCE, para quien en ese día comenzaba una batalla de lo que él calificó como largo aliento y con una ambición hercúlea: crear una fuerza cívica que "ejerza de contrapeso al poder". No al poder político, sino al poder económico, el que manda, porque los políticos apenas son "manijeros" de la banca, los "capataces del cortijo". En pocos meses se habían afiliado a su proyecto, denominado Frente Cívico, entre 50.000 y 60.000 ciudadanos. 

Hace unos días, en el Ateneo de Madrid, encabezada por el exjuez Baltasar Garzón y el exdirector general de la UNESO, Mayor Zaragoza, se daba paso a la presentación de un manifiesto, suscrito por medio centenar de intelectuales y artistas, que con el nombre de Convocatoria Cívica pretende responder al sentimiento y la convicción de que los firmantes no se resignan a vivir en un país con escándalos de corrupción permanentes, donde se miente a los ciudadanos a diario, donde se dice que las pensiones son insostenibles o que el Estado de bienestar aumenta la deuda, según explicó el economista Juan Torres Lopez. "No ha habido país que haya salido de una crisis como esta con las políticas que impone la UE y que el Gobierno aplica, sostiene Torres. "Y aunque saliéramos mañana mismo, tendríamos que preguntarnos cómo lo vamos a hacer con todos los derechos perdidos".

Para Garzón, la actuales circustancias "exigen medidas y soluciones políticas. No se puede permitir que todas las decisiones se hagan a espaldas de los ciudadanos",  ni "la situación crítica a la que nos está llevando el autoritarismo impuesto por una mayoría absoluta". En definitiva, más participación, incluso "con listas abiertas", y "más proximidad" de la política a los ciudadanos, "que están en primera línea" de la protesta.

Bien, ya tenemos dos importantes plataformas que con el calificativo de cívicas pretenden más o menos lo mismo en sus loables objetivos y orientación. Me pregunto si hay o se crearán más en el futuro, para seguir igual de desunidos que siempre ante el imponente frente al que se pretende combatir y al que, de seguro,  mucho complacerá esta arraigada costumbre de la izquierda patria. Es muy de suponer que esa viciosa estrategia, con tanto civismo por un lado y otro, no les haga perder el sueño a los adalides de ese frente, tan incívicos de suyo.
DdA, X/2.426

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