Antonio Aramayona
Desde hace dos meses, cada mañana un perroflauta motorizado canta serenatas a la consejera aragonesa de Educación, María Dolores Serrat Moré,
con la esperanza de que asimile sus reivindicaciones por la escuela
pública y contra los recortes perpetrados por su consejería en
educación. El perroflauta imagina que a la consejera no le debe
de hacer ninguna gracia que su destemplado canto perturbe la
tranquilidad de sus balcones, pero, aun consciente de sus limitaciones
como juglar, el perroflauta motorizado le canta cada mañana,
mientras acaricia a su chucho y repara su agrietada flauta, tristes
historias sobre cómo va deteriorándose la educación pública en la
Comunidad Autónoma de Aragón.
Policías uniformados y de paisano
lo visitan regularmente y, olvidadizos ellos, le vuelven a pedir una y
otra vez que se identifique. Algunos le dicen que eso no son formas, a
lo que el perroflauta responde que si le indican alguna otra vía
efectiva de reivindicación y denuncia, se va de allí de inmediato. Otros
le preguntan hasta cuándo va a estar allí, y entonces el perroflauta
motorizado les asegura que en invierno se abrigará lo suficiente para
que el helor de la calle Alfonso no deje aún más maltrecha su
circulación arterial. Palabras de comprensión recibe el perroflauta
motorizado de buena parte de esos policías, pero no les hace caso
cuando le recomiendan abandonar el lugar, pues, de hacerlo, le costaría
mucho conciliar el sueño por la noche con la que está cayendo.
Por ejemplo, unos 2.000 docentes interinos de la red pública de
enseñanza en Aragón (42.000 en toda España) se han quedado sin trabajo,
sin sueldo y con la incertidumbre de no saber si tendrán trabajo en
septiembre, cosa que no ocurre con los contratados de la concertada y
con el profesorado de Religión. Hay quien piensa que el perroflauta
motorizado está acosando a la consejera en el ámbito de su personal
intimidad, pero el verdadero acoso lo sufre ese profesorado interino en
sus condiciones personales, familiares y profesionales tan deplorables
por obra y gracia de la consejera Serrat, de la presidenta de Aragón, Luisa Fernanda Rudi, del ministro José Ignacio Wert, del presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy,
y principalmente de los amos de todos y cada uno de los anteriores: la
troika y quienes mueven sus hilos y se benefician de sus medidas.
EDUCACIÓN
NADA TIENE que ver con recortar becas de comedor y de libros y material
escolar. Y es prostituir la palabra educación que un ministerio o una
consejería usurpen ese nombre para subir salvajemente tasas, denegar
40.000 becas universitarias más que el curso anterior e impedir de facto
que decenas de miles de jóvenes puedan seguir cursando sus estudios.
Tras tanta lamentación tartufista sobre el abandono escolar en España,
¿acaso no se está provocando así un abandono escolar mucho más criminal?
Hay muchas cosas por las que luchar, vivir y morir: la salud, la
educación, la atención al dependiente, el merecido descanso del
jubilado, la vida y la muerte dignas- La ciudad y el país entero
deberían estar llenos de consejeros y consejeras convertidos en perroflautas
protestando cada día en los bancos, en las cajas, en las delegaciones
del Gobierno, en las casas donde viven sus dueños que les echan
sobradamente de comer.
La consejera aragonesa de Educación
debería encabezar los movimientos reivindicativos por una educación
libre, crítica y democrática, es decir, por una escuela pública de toda
la ciudadanía y para toda la ciudadanía. De lo contrario, podría decirse
que es una excelente consejera de su partido y del dedo que la nombró,
pero también una pésima consejera de Educación.
ESPAÑA HA estado durante muchos siglos vigilada por el irracional nihil obstat
de la jerarquía católica. Cuando, por ejemplo, en la II República
osaron poner las cosas en su sitio en materia de educación y de
impuestos, el catolicismo se alineó marcialmente con los sublevados por
Dios y por España. No es casual que la escuela fuese el centro de su
represión y su propaganda a fin de tener sujetas las mentes del pueblo,
cuanto más ignorante, mejor, salvo las élites, educadas en colegios
religiosos de pago. Por eso mismo no es casual la LOMCE del PP y Wert,
que apuntala el adoctrinamiento religioso y la memorización mecánica de
contenidos, pero desmantela el verdadero pensar y el verdadero aprender.
La iglesia católica, por supuesto, encantada.
Siendo la
educación el vehículo por antonomasia para hacer una sociedad y un mundo
más humano, libre, justo, sostenible y solidario, poco es tan
deshumanizador como unos cicateros recortes en personal,
infraestructuras, recursos y servicios básicos en educación.
Por eso el perroflauta
motorizado lleva dos meses recordando en silencio y cívicamente a la
consejera aragonesa de Educación la necesidad de una escuela pública,
laica y de calidad, donde impere el principio de la absoluta igualdad de
oportunidades, y donde se impartan saberes y valores universales, y no
creencias.
DdA, X/2.442
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