Lazarillo
Me parece oportuna la cita que Emilio Silva trae a colación, perteneciente al último libro (Todo lo que era sólido) del escritor ubetense Antonio Muñoz Molina, al que como es sabido se le acaba de conceder el Premio Príncipe de Asturias de las Letras, después de haber recibido también el mes pasado el Premio Jerusalén, otorgado por el Gobierno de Israel, a imagen y semajanza de su maestro Mario Vargas Llosa. Ninguno de los dos premios fueron concedidos al excelente escritor y ejemplar ciudadano José Luis Sampedro, recientemente fallecido, que nunca habría escrito párrafos como los que siguen, en los que Muñoz Molina parece achacar la corrupción política en la España de nuestro tiempo no a una transición que algunos califican como última etapa del franquismo y base de la degeneración política que soportamos, sino a los buscadores de justicia y reparación para las miles de víctimas del franquismo sepultadas sin nombre en las cunetas del país. Queda pendiente para el próximo escalafón el Premio Cervantes, siguiendo también a su maestro, para lo cual deberá hacer más méritos como éstos:
"Algo
que cuesta recordar de ese pasado de hace tan poco tiempo (se refiere a
2006) es la obsesión que había en él por el pasado. Ahora nos damos
cuenta de que había una especie de velo que impedía ver la realidad
inmediata y presente."
"Con
una economía especulativa se corresponde sin remedio una conciencia
delirante. Lo peculiar del delirio español era su fijación en el pasado:
no en la historia real, casi siempre poco alentadora, ni en el pasado
más próximo, sino en el ayer legendario de la II República y de la
Guerra Civil. Ahora sabemos que 2006 fue el año en que llegó a su punto
más alto la marea de una prosperidad que se sostenía sobre la pura nada,
sobre el crédito barato y la corrupción
política y la construcción de viviendas. Pero mientras eso ocurría y
nadie con responsabilidad quería o sabía poner freno a aquella
alucinación, lo que ocupaba los periódicos y los debates públicos era
sobre todo la conmemoración del 75 aniversario de la proclamación de la
República y la del 70 aniversario del comienzo de la Guerra Civil"
"Lo más difícil de recordar de 2006 es hasta qué
punto se quiso que fuera 1931 y 1936. Obsesionados con la exhumación de
fosas comunes no reparábamos en el fragor de las excavadoras que abrían
por todas partes zanjas para construir chalets y bloques de viviendas
sobre terrenos rústicos recalificados por alcaldes ladrones, sobre
humedales y zonas protegidas de bosque y en los paisajes litorales hasta
entonces vírgenes y en cualquier superficie en la que se pudieran cavar
unos cimientos."
"En 2006 las noticias más urgentes eran casi
siempre acerca del pasado. Excavaciones de fosas de ejecutados e
indagaciones judiciales sobre verdugos muertos treinta o cuarenta años
atrás ocupaban aquella extraña actualidad en la que el presente casi no
existía sino como reiteración fantasmal de las confrontaciones
sanguinarias de hacía tres cuartos de siglo."
DdA, X/2.406
3 comentarios:
Lo mismo le ocurrió a mi añorado Benedetti. Aunque él no se quedó sin prícipe de Asturias ni Cervantes, se dice que fueron los premios los que se quedaron sin él. Cervantes se
Lo malo de todo esto es que la vida muy conforable también se nota en la inspiración y siendo Muñoz Molina un escritor de buena prosa mucho me temo que hará más ensayo que novela a partir de ahora.
eS JUSTO QUE UN ESCRITOR SE ACOMODE CUANDO LE RINDE LA FAMA.
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