viernes, 28 de junio de 2013

EL PRÓXIMO CHIVO EXPIATORIO SERÁ URDANGARÍN

 

Lazarillo

Se hizo de rogar durante casi cuatro años, pero al fin el juez Ruz ha determinado que Bárcenas ingrese en la cárcel, con la posibilidad inmediata de que su estancia entre rejas avive su memoria como tesorero primero y asesor después generosamente retribuido -hasta hace cinco meses- del Partido Popular que gobierna España, en cuya sede se respira un sobrado y silente desasosiego. Es de suponer que en la soledad de la celda -¿será por cierto Bárcenas capaz de salir al patio en compañía de los demás presos o se le protegerá de tan provocador respiradero?- pergeñará alguna estrategia para tratar de aliviar su porvenir -si es que este se le pone muy negro-, como por ejemplo dar mayor elocuencia a su contabilidad manuscrita. Mientras tanto, tal como señala hoy Isaac Rosa en su columna de El Diario, el respetable más avisado tiene la sensación de que siempre le vienen bien al sistema estos chivos expiatorios tan manifiestamente dotados para la animadversión pública, sobre todo en periodos de corrupción política y económica tan boyantes como los corrientes. El próximo -esposo de una infanta de España- se atribuyó el título de duque emPalmado:

"Para que el chivo expiatorio cumpla bien su función -afirma el escritor-, es necesario que se trate de un personaje antipático por su riqueza, costumbres, aficiones y soberbia. Díaz Ferrán, Blesa y Bárcenas comparten el gusto por los trajes a medida, el lujo, los cochazos, la caza mayor. A los tres los hemos odiado, y con los tres hemos disfrutado su entrada en prisión por contraste con la vida dorada que habían vivido hasta ese día. Ayer no había medio que no destacase el contraste entre los restaurantes de lujo y los fines de semana de esquí en el extranjero, con la celda que le espera a Bárcenas. Nos encanta ese tipo de cuentos, el triunfador hundido". Y añade Rosa:
Nos falta todavía un gobernante entre rejas, que represente los años burbujiles del derroche y el robo de lo público, y pague con su castigo por todos los que actuaron como él. Tenemos a Jaume Matas, que ya fue condenado y era el ideal, con su escobilla de lujo en el váter del palacio. Pero hasta que la sentencia sea firme todavía se hará esperar su entrada en prisión al menos hasta el año que viene, y no sabemos si de aquí a entonces caerá otro gobernante que nos aplaque un poco el hambre de justicia.
¿Quién será el próximo preso de lujo? ¿Quizás Iñaki Urdangarín? Otro pijo que nos cae mal, y cuya entrada en prisión mitigaría la sensación de impunidad absoluta que rodea a la familia real. Por ahora se calcula que podrían caerle 17 años, que se quedarían en 4 si reconoce su culpa, y no le librarían de la cárcel. Hasta el rey debe de pensar que, a estas alturas de desprestigio, tener a su yerno una temporadita a la sombra sería hasta una oportunidad para reconstruir la maltrecha imagen de la corona, pasar página sobre los numerosos escándalos que rodean su palacio, y demostrar que como dijo el propio rey “la justicia es igual para todos”.
Ahora, en caliente, nos parece fantástico que algunos chorizos de renombre pisen la cárcel. No nos quita el hambre de justicia, pero nos engaña el estómago un rato, y sabe bien. Como un aperitivo. Cuando pasen unos años ya haremos balance de cuántos han acabado entre rejas, y por cuánto tiempo. Disfrutemos por ahora el aperitivo".

Puntos de Página

+@¿Quién teme (más) a Luis el Cabrón?, por Jesús Maraña

LA MANTA
Mientras Bárcenas medita sobre si tira de la manta o únicamente de la sábana, que para eso le han metido al trullo en verano, alguien en ese partido debería liarse la suya a la cabeza y exigir responsabilidades a quienes le pusieron al frente de las finanzas y le ampararon, a quienes consintieron un reparto cuasi secreto de los fondos públicos de los que fundamentalmente se nutren las fuerzas políticas, y a los que hicieron la vista gorda ante el saqueo del que se nutrió la trama Gürtel, de la que ‘Luis el cabrón’ es un mero exponente. El silencio es tan indecente como afirmar que todo es falso menos algunas cosas. +@Juan Carlos Escudier.

DdA, X/2.421

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