martes, 28 de mayo de 2013

¿QUÉ PASARÍA SI DE PRONTO DEJAMOS DE SER PATRIOTAS PARA SER HUMANOS?

Félix Población

Hace tan solo unas fechas se cumplieron cuatro años del fallecimiento en Montevideo del escritor y poeta uruguayo Mario Benedetti (1920-2009), a quien ningún medio de comunicación español ofreció la oportunidad de que su sabio criterio y precisa y preciada palabra asomara a la opinión pública en la ultima etapa su fecunda existencia, por más que tras su muerte se extendieran en obituarios. Como la de Eduardo Galeano, la ausencia de colaboración en nuestros medios de estas dos voces que bastantes años antes llegaron a firmar  artículos en el diario El País, denota la degeneración que han sufrido las tribunas de opinión en la prensa española ante escritores como los citados, cuya calidad literaria está sobradamente contrastada por la amplia acogida de su obra entre los lectores de aquende y allende el Océano. Ninguno de los dos, sin embargo, renegó de algunos postulados ideológicos que los caracterizaban por su disidencia frente a otros autores más acomodaticios. Ambos se mantuvieron favorables a los procesos revolucionarios en América Latina y eso los convirtió en apestados dentro de las órbitas mediáticas más influyentes de nuestro país. Tampoco obtuvo Mario Benedetti, con cuarenta libros publicados y muchos de ellos traducidos a veinte idiomas, ninguno de los grandes premios que, como el Cervantes -repartido entre autores latinoamericanos y españoles-, se quedaron sin el gran honor de haberlo tenido entre los elegidos, huérfano de lo que representó y representa su obra. Se podrían seleccionar muchos poemas de Benedetti para celebrar su memoria en este cuarto aniversario de su ausencia, algo que personalmente hago con frecuencia desde que tuve el gusto de conocerle en voz y persona, pero me parece que por centrarnos en las circunstancias que estamos viviendo en España hay uno que me parece especialmente sugerente:

 ¿Qué pasaría si un día
despertamos dándonos
cuenta de que somos mayoría?

¿Qué pasaría si de pronto
una injusticia, sólo una,
es repudiada por todos,
todos los que somos, todos,
no unos, no algunos, sino todos?

¿Qué pasaría si en vez de
seguir divididos nos
multiplicamos, nos sumamos
y restamos al enemigo que
interrumpe nuestro paso?

¿Qué pasaría si nos
organizáramos y al mismo
tiempo enfrentáramos
sin armas, en silencio,
en multitudes, en millones de
miradas la cara de los
opresores, sin vivas,
sin aplausos, sin sonrisas,
sin palmadas en los hombros,
sin cánticos partidistas,
sin cánticos?

¿Qué pasaría si yo pidiese
por ti que estás tan lejos,
y tú por mí que estoy tan lejos, y ambos por
los otros que están muy
lejos y los otros por
nosotros aunque estemos lejos?

¿Qué pasaría si el grito
de un continente fuese
el grito de todos los continentes?

¿Qué pasaría si pusiésemos
el cuerpo en vez de lamentarnos?

¿Qué pasaría si rompemos
las fronteras y avanzamos
y avanzamos y avanzamos
y avanzamos?

¿Qué pasaría si quemamos
todas las banderas para
tener sólo una, la nuestra,
la de todos, o mejor
ninguna porque no
la necesitamos?

¿Qué pasaría si de pronto
dejamos de ser patriotas para
ser humanos?


DdA, X/2398

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