lunes, 27 de mayo de 2013

POR UNA PLATAFORMA POR LA APOSTASÍA CONTA LA IMAGINARIA MAYORÍA CATÓLICA

Jaime Richart

 En una sociedad envuelta en torbellinos de corrupción y aquejada de pusilánimes y cobardes de la política que los han consentido, los obispos creen contar con una mayoría católica en España. Esta es otra modalidad de corrupción: atentar contra el buen sentido de las cosas y negarse a ver la realidad...

 Lo que ocurre es que han pasado varios gobiernos y ninguno ha denunciado el Concordato con la Santa Sede, ni se ha propuesto revisarlo, ni ha dejado de inyectar millones a los clérigos católicos pese a que  el Estado es laico. Eso les hace suponer a unos y otros que el poder eclesiástico y su maniobrar persisten (y esto es cierto), y que la ciudadanía es tan católica como lo eran los súbditos del Franco que mangoneaba de la mano de los arzobispos. Pero es falso. Partir de esa premisa es otra más de las corruptelas que, con el derecho al Indulto que se arrogan los gobiernos en virtud de una Ley de 1870 y una infame Ley Hipotecaria, completan el carácter de papel mojado de una Constitución que proclama  derechos y libertades fundamentales ciudadanos, pero a los que los gobiernos no hacen caso alguno. La situación en su conjunto genera la apariencia de que este país, porque cunden las procesiones y las romerías, es católico...

 Pero desde la dictadura, que inscribía a todo el mundo en los registros parroquiales so pena de no poder dar un paso en la vida civil, ha llovido mucho y en sentido contrario al nacional catolicismo. Ya lo dijo Manuel Azaña en 1931: "Seamos personas decididas a conquistar el rango de ciudadanos o a perecer en el empeño". "Se trata de organizar el Estado de acuerdo con la premisa de que España ha dejado de ser católica". 

 De manera que ahora se trata de dar un paso más y, ya que es tan actual la fórmula, crear una "Plataforma por la Apostasía" con el objeto de reunir firmas de cuantos españoles y españolas estén dispuestos a apostatar; es decir, a renunciar a la catolicidad. Luego se enviaría por conducto notarial el documento a los prebostes de la religión y al gobierno para que borrasen de los registros como ya no pertenecientes al Club Católico, uno por uno, a todos los firmantes.

 A ver si se les van las ínfulas sobre esa imaginaria mayoría católica de que alardean a beneficio de inventario. A ver si a la jerarquía eclesiástica preponderante y a los políticos aliados a ella se les mete en la cabeza, de una vez, que España no es católica.

Puntos de Página
+@Escuela y futuro: España debe liberarse de la iglesia católica, por Pedro Luis Angosto en Nueva Tribuna

DdA, X/2397

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