lunes, 27 de mayo de 2013

EN LA MUERTE DE HERMANN MÜLLER, BRIGADISTA ALEMÁN Y LUCHADOR POR LA PAZ

 
Lazarillo

A través de un comunicado enviado a la Asociación de Amigos de las Brigadas Internacionales (AABI) por Wolfram Fischer, nos hemos enterado del fallecimiento de otro más de los brigadistas internacionales que en 1936 se comprometieron a defender y defendieron la lucha de la segunda República Española contra el fascismo, aquellos a los que Miguel Hernández calificó en un poema de almas sin fronteras. Se trata de Hermann Müller, nacido el 2 de mayo de 1921, que murió en Chemnitz (antigua Karl Marx Stdat) en la mañana del pasado sábado 11 de mayo, al regreso de un viaje a Moscú, donde participó en un Foro por la Paz y la Amistad en el Planeta. 

Hermann se crió en el seno de una familia de la izquierda socialdemócrata. En su juventud se interesó por todo lo relacionado con  el progreso social. Estuvo muy interesado con la lucha del pueblo español, pero su extremada juventud le impidió acudir, como sus otros 5.000 connacionales, a combatir en España. Al estallar la guerra, no obstante, fue enrolado con 18 años en la Wehrmacht, desde donde intentó buscar, y finalmente encontró, contactos con partisanos tanto en Francia como después en la Unión Soviética.

Finalmente pudo desertar y se unió a los partisanos que combatían a los nazis en Ucrania. En cuatro ocasiones pudo fugarse de los esbirros fascistas, a lo que le ayudaron su coraje y sus veloces piernas. Posteriormente cursó una escuela antifascista y aprendió ruso en  la Unión Soviética.
De vuelta a Alemania, estuvo ligado a la KFSR (combatientes y amigos de la España republicana) y como tal prosiguió su combate antifascista y a favor del socialismo iniciado en su juventud. Recientemente, el 27 de abril, viajó Moscú con sus compañeros del KFSR -y de otras organizaciones hermanas, como la AABI-  para asistir al Foro Internacional por la Paz y la Amistad en el Planeta. A pesar de su precario estado de salud, siempre mostró su ilusión y su determinación de acudir. Fue un viaje cansado para él pero, como escribe Kerstin Hommel, “¡Qué bien que Hermann pudiera hacer este viaje con tantos recuerdos e impresiones!” Fue el cierre digno de una vida dedicada a la causa de la paz y del progreso de la humanidad.


El lunes 6, ya de vuelta del viaje, Hermann tuvo que llamar al servicio médico de urgencias. El miércoles pareció mejorar, pero el viernes lo pasó muy mal y su cabeza comenzó a fallarle. "¿Dónde estamos?”, decía “¿en París?". Wolfram, que le estuvo atendiendo hasta el final, le prometía llevarle las películas que pedía y nos confiesa que los últimos pensamientos de Hermann estuvieron con sus compañeros de lucha y con el KFSR. Así lo expresó el último día que tuvo su mente lúcida, el miércoles 8: "¡Muchas cordiales felicidades a todos los amigos por el 9 de mayo, el día de la Victoria!". Fue su último deseo, en referencia a la fecha en que fue derrotada la Alemania de Hitler.

PS.-También anuncia la AABI en su último boletín la publicación de la novela de Gustav Regler La gran cruzada, que para Georg Pichler, autor del epílogo de la edición en español -que sirve asimismo de estudio sobre la vida y obra del escritor alemán-, es quizá la novela en lengua alemana que mejor narra las vivencias de quienes se alistaron en las Brigadas Internacionales para luchar contra el fascismo que había asolado sus propios países y amenazaba con arrollar también una España que cinco años antes se había convertido en una frágil democracia. "La gran cruzada" es una novela coral que relata las luchas de los combatientes de la XII Brigada desde diversos puntos de vista, y cuyo autor, uno de los escritores comunistas alemanes más activos en aquellos momentos, fue comisario político de esta misma Brigada. Al referirse a la verosimililtud que tienen en esta obra ficción y realidad, dice  Hemingwey como prologuista de la primera edición en inglés del libro -que también se incluye en esta edición en español- que hay acontecimientos tan grandes que un escritor/testigo está moralmente obligado a contar con el mayor realismo, sin pretender cambiarlos a través de la ficción.

DdA, X/2397

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