Javier de la Puerta
Profesor de la Universidad de Jerusalén
Durante varios siglos, la Iglesia Católica, durante los oficios de Viernes Santo, pedía por la conversión de los “pérfidos judíos-perfidis judæis”, a los que acusaba de haber asesinado a Jesús. Todavía con anterioridad al Concilio Vaticano II (1962-1965), el Papa Juan XXIII eliminó la expresión “pérfidos judíos” de los rezos de Semana Santa, frase que se usó en unos oficios por última vez el año 1959.
Doce años después, en 1971,
el entonces ex-ministro de información y
turismo, Manuel Fraga Iribarne (fundador de Alianza Popular, actual PP, en
1976), escribió las siguientes frases en su pregón de la Semana Santa de
Zamora: “La
lección terrible de la Semana Santa debe ser nuevamente revalorizada,
asimilada. Los judíos prefirieron la injusticia al desorden, el inmovilismo a
la esperanza y el milagro, el egoísmo a la caridad. Aún no han terminado de
expiar la sangre caída sobre ellos y sobre sus hijos.” El
político continuó su pregón con la siguiente frase: “Por supuesto, se equivocaron, Jerusalén e
Israel serían destruídas.” Es decir,
a pesar de estas destrucciones, Fraga consideraba que los judíos, dos mil años
después, todavía no habían expiado “su pecado”, a pesar de que hacía más de un
decenio que la propia Iglesia Católica había eximido de responsabilidad a los
judíos en la muerte de Jesús.
Fraga
había sido ministro de información y turismo entre 1962 y 1969. Él fue uno
de los miembros del gobierno de Franco que votó a favor de confirmar el
fusilamiento de Julián Grimau en 1963, sentándose todavía junto al dictador
cuando el joven estudiante de derecho, Enrique Ruano, fue asesinado por la
policía, al defenestrarlo desde un séptimo piso, en enero de 1969. No fueron
estos dos crímenes hechos aislados, ya que la tortura y la violación
sistemática de los más elementales derechos humanos eran el pan nuestro de cada
día en aquella España de los años 60 y 70. Sin embargo, Fraga, en
su pregón de Zamora, no se refiere en absoluto a estos crímenes, sino
que prefiere irse dos mil años atrás. Tampoco se acuerda Fraga de los
crímenes de Hitler y el Nazismo, del Holocausto, régimen del que
el Franquismo fue aliado entre 1936 y 1945.
Muchas partes del pregón
zamorano de 1971 no son nuevas, ya que el ex-ministro utiliza en gran medida el
pregón de la Semana Santa de Madrid del año 1963. ¿En qué se diferencian ambos pregones? En el
pregón de Zamora Fraga añade las frases antisemitas ya citadas, las acusaciones
al crimen cometido, según él, por el pueblo judío, a quien también ataca por “el
gesto terrible de cobardía de los que no quieren recordar, ni reconocer, ni
saber nada de nada.” Además,
siguiendo la estela de Franco, el
político lucense ataca a la masonería, al acusar a los masones de “secularizar
y descristianizar la Semana Santa.” No
le faltaba mucho a Fraga Iribarne para repetir al dedillo el famoso estribillo
de Franco “un complot judeo-masónico orquestado por el comunismo
internacional”, aunque, extrañamente, la palabra “comunismo” no aparece
citada ni una sola vez en esta soflama.
En otra parte del discurso
tiene la osadía de hablar de “ecumenismo”, al mismo tiempo que
ataca a otra religión, la judía, ignorando también que, en esos mismos momentos
en los que leía el pregón, en Zamora, un pabellón de la cárcel provincial
estaba dedicado a los sacerdotes españoles que se oponían a la dictadura.
Este pregón fue guardado
durante muchos años en una caja fuerte bajo siete llaves, para que no se
pusiera en evidencia el posterior y radical golpe de timón del fundador de
AP-PP en todo lo relacionado con Israel y el Judaísmo, ya que Fraga fue, en los
albores de la Transición, uno de los fundadores de la Asociación de Amistad
España-Israel, utilizando su pertenencia a esta organización para blanquear su
complicidad con el Franquismo y sus crímenes. En esta primera transición el
ex-ministro de Franco se convirtió en el primer ministro del interior
(gobernación) de la monarquía heredera del Franquismo, siendo el principal
responsable de los sucesos de Vitoria (cinco muertos) y Montejurra (2 muertos),
hechos acaecidos en los primeros meses de 1976.
Posteriormente, este viraje
de Fraga fue adoptado con entusiasmo por José María Aznar, cuando en los años
90 convirtió al PP en el principal defensor en España de las acciones de los
derechistas gobiernos israelíes de Shamir, Netaniahu y Sharón, cuyas políticas
radicales dieron lugar a los estallidos de las dos intifadas habidas hasta la
fecha.
¿Releería alguna vez Fraga
su pregón de Zamora, sus acusaciones y ataques al pueblo judío, también a
Israel, durante sus últimos decenios de vida?
DdA, IX/2362
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