La alcaldesa de
Fuengirola, con una intención infame y manifiestamente provocadora ante una
fecha tan señalada para los republicanos españoles como es la de la proclamación
de la segunda República, ha decidido este año que el 14 de abril se celebre
en aquella localidad malagueña la cuarta edición del Día del Perro.
Esperanza Oña, que ocupa su cargo en representación del Partido Popular, ofende
y falta al respeto con tal proceder no solo a quienes se
identifican con el republicanismo hoy en día, sino a los miles de víctimas del
franquismo que perdieron la vida en aquella provincia por defender el régimen
legalmente constituido. A ellos y a sus descendientes se les ha tratado de
denigrar de modo insultante en una fecha que Izquierda Unida propuso hace
un tiempo en el Congreso como Día de la Memoria Histórica.
El hecho reviste
además una especial gravedad si se tiene en cuenta que Málaga y su provincia
sufrieron de modo extremadamente cruel el desbocado celo represor de las tropas franquistas a partir de su
entrada en la ciudad el 8 de febrero de 1937. Según un informe de un diplomático británico remitido al cónsul de
Madrid en 1944, basado en el recuento y cifras de los vencedores fascistas,
fueron 3.500 los ejecutados entre el 8 y el 14 de febrero de 1937 y 16.952 los
condenados a muerte y ejecutados entre el 15 de febrero de 1937 y agosto de
1944. Este informe, según datos de Memoria Málaga, no hace referencia ni a los
5.000 muertos en la masacre de
la carretera Málaga-Almería, ni a los ejecutados en los diez años posteriores.
En el cementerio de San Rafael de Málaga se encuentra la fosa no solo más grande de la Guerra Civil sino de Europa Occidental, en la que fueron enterradas más de 4.000 personas. Es necesario crear una atmósfera de terror. Hay que dejar sensación de dominio eliminando sin escrúpulos ni vacilaciones a todo el que no piense como nosotros. Tenemos que causar una gran impresión. Todo aquel que abierta o secretamente defienda al frente popular debe ser fusilado. La aplicación de esta consigna del general Mola se llevó a cabo en esa localidad con todo rigor, no en vano Málaga era conocida por el sobrenombre de La roja por las tropas rebeldes, que la consideraban un bastión republicano por la pujanza que tenía allí el movimiento obrero, hasta el punto de haber obtenido el Partido Comunista en las elecciones de febrero de 1936 su primer diputado.
Pero el celo
represor franquista no se limitó a un duro castigo sobre la capital, sino que
prosiguió con la persecución de los miles de malagueños que huyeron hacia el
norte buscando una escapatoria a la desesperada a través de la carretera de
Almería. Aunque no se sabe a ciencia cierta la cifra exacta de los huidos
(entre 15.000 y 100.000), sí se tiene constancia documental del pánico con el
que lo vivieron bajo los constantes bombardeos por mar y aire del ejército
rebelde. Lo que quiero contaros es lo que yo mismo vi en esta marcha
forzada, la más grande, la más horrible evacuación de una ciudad que hayan
visto nuestros tiempos. Con estas frases describe el médico y brigadista
canadiense Norman Bethune aquellos hechos en El crimen de la carretera
Málaga-Almería. Reduce Paul Preston en El holocausto español a más
de 3.000 los muertos que hubo en aquel ejercicio de tiro al blanco contra
mujeres aterrorizadas, hombres acabados y niños hambrientos.
Más explícita a
la luz de nuestro presente que la versión del doctor Bethune, que prestó una
eficaz ayuda a los heridos durante la marcha -sobre todo a niños y mujeres-, es
la de Rosendo Fuente Ayllón, sobreviviente de la misma: Lo mismo que pasó en
la carretera de Málaga-Almería lo he visto luego, y lo sigo viendo, muchas
veces en el cine y en la televisión. Creo que lo que hicieron en Málaga fue
como un ensayo de lo que posteriormente sucedió en otras guerras. Pero la
primera vez que se atacó y bombardeó así a la población civil fue a nosotros,
en aquella carretera: ocuparon Málaga y prepararon una trampa criminal a la
salida.
Para acabar de
colmar su desfachatez, la alcaldesa de Fuengirola ha replicado en Twiter a
quienes le censuraban haber hecho coincidir el 14 de abril con su Día del Perro
que también Zapatero eligió el 20 N, fecha de la muerte de Franco, para
celebrar las últimas elecciones generales, como si se pudiera comparar la
muerte de quien masacró Málaga e impuso la dictadura con la muerte de sus
masacrados. O el Día del Perro, por mucho respeto que nos merezca este animal,
con el Día de los Votos, que solo pudo ser factible tras el fallecimiento del
dictador.
DdA, IX/2327
3 comentarios:
La actitud de esta alcaldesa popular demuestra, si alguien aún no se ha dado cuenta, que el PP es el heredero directo del régimen franquista. Sus rabietas, como ésta de hacer coincidir el "Día del Perro", con el 14 de abril republicano, es un ejemplo claro de que algo estaremos haciendo bien desde la memoria histórica, para que personajillos como esta alcaldesa, ataque como gallina sin cabeza a aquellos demócratas que pretenden conmemorar y recordar el primer día de una democracia truncada violentamente por el fascismo y la iglesia más casposa de nuestros país.
Como dice Ángel Viñas, "si la guerra civil es todavía origen de controversia, se debe a que la derecha no desea remover un pasado sangriento que la hace aparecer bajo una luz negativa".
Mi enhorabuena a Esperanza Oña por elegir el 14 de abril como Día del Perro. Su maniobra de distracción tendrá el efecto contrario.
http://todoslosnombresdeporcuna.blogspot.com.es/
Saludos cordiales a todoslosnombresdeporcuna.blogspot.com.es
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