sábado, 9 de febrero de 2013

¡NI UN SUICIDIO MÁS!

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Ana Cuevas

La prestigiosa publicación liberal "The Economist" explica qué es un "chorizo" bajo una foto de Mariano Rajoy. Aclara que además de referirse a un embutido tipico español con forma de salchicha, el término tiene otro significado muy popular en estos tiempos. Un "chorizo", en el argot de la calle, es un ladrón- ilumina a sus lectores- Y "No hay pan para tanto chorizo" se ha convertido en la más famosa cantinela reivindicativa a lo largo y ancho de toda carpetovetonia.Pero parece que sí lo había. Digo pan, para los chorizos. Porque aquí a los chorizos se les trata muchísimo mejor que a las personas. Gozan de unos fueros especiales. Ellos se han quedado con todas las hogazas.

Con un futuro canino por delante, a la gente nos puede dar por muchas cosas. Algunos saltan al vacío por 22.000 euros de una deuda odiosa que deja en la calle a su familia. Comparado con esa cuenta en Suiza de unos 22 millones del ex-tesorero, parecen migajas. Pero el salto de Bárcenas es por una pista de nieve de Baqueira. Y no acaba en una negra fosa como el vuelo de Francisco (activista de Stop-Desahucios de 36 años que se arrojó el día 8 desde una ventana). Lo suyo suele ser aterrizar en restaurantes de lujo donde sirven cosas bastante menos plebeyas que pan con chorizo. Lo más cruel, es que la deuda de Francisco sobrevive a su suicidio. Su mujer y su hija la podrán añadir a los gastos del entierro.

A otros, como hizo Ada Colau en el Congreso, avalada por un millón de firmas bajo el brazo, les da por perder el miedo y decir alto y claro lo que pensamos la mayoría de la gente: ¡Criminales! Banqueros, políticos y especuladores. Complices en una estafa que mata seres humanos para satisfacer su codicia. Dijo verdades como puños, legitimida por la justicia elemental que rezuma su discurso. Los congresistas sufrieron una descarga voltaica en sus necrosadas conciencias al verse obligados a escuchar. No debe ser fácil para estos mentirosos patológicos enfrentarse a la verdad a cuerpo. No están acostumbrados, luego les duele mucho la cabeza.

Tenemos que formar parte de esa jaqueca colectiva. Actuar como taladro en el cerebro charcutero de esta caspa política indecente. Con una batería de verdades que les abofetée hasta que se devuelva el pan a sus legítimos dueños y se mande a la brasa a la interminable ristra de chorizos.

¡Ni un suicidio más!. Si no nos han robado (todavía) la dignidad y la vergüenza como pueblo, no podemos consentirlo.

PUNTOS DE PÁGINA
No doy crédito a lo que están publicando los medios últimamente. Resulta que en este país tiene un salario más alto un presidente de comunidad autónoma o un alcalde que el presidente del Gobierno. Supongo que esto solo ocurre aquí. No me imagino que el alcalde de una ciudad francesa de 150.000 habitantes cobre más que el presidente de la República o el primer ministro. Pero si es malo que un presidente de una comunidad autónoma o un alcalde supere al presidente del Gobierno de la nación en salario, más incomprensible aún es que solo en la Comunidad de Madrid haya 91 altos cargos que cobren más que él. ¿Quién les asigna estos sueldos? ¿Nadie controla este desmadre? Supongo que la mayoría de estos altos cargos son políticos profesionales de confianza de Esperanza Aguirre y es hasta comprensible que se pueda rodear de una docena de ellos, pero de ahí a 91 parece demasiado. Creo que es urgente poner coto a estos desmanes y confiar más en la profesionalidad del funcionariado público. En teoría, los políticos han de servir al pueblo y no servirse del pueblo. No puedo evitar recordar una frase de cierto político de campanillas que decía que él venía a la política a forrarse... Visto lo visto, tenía más razón que un santo.-Vicente Jiménez del Águila

DdA, IX/2.300

1 comentario:

Pau dijo...

El alcalde de Barcelona ha dicho que encuentra una soberana necedad eso que se limite por decreto el salario de los alcaldes (parece ser que no podrán cobrar más de 100.000€ brutos al año. El señor Trías, con razón dice que el presidente cobra poco en relación a sus colegas europeos, lo que no cuenta es que el barrendero de Barcelona también cobra mucho menos que el de Berlín, por poner un ejemplo, y que Rajoy es presidente en el país con los salarios más bajos de la UE.

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