Una vez más, el diario El País
ofrece hoy, tanto en la crónica de su corresponsal en Caracas como en el
editorial titulado Luz sobre Chávez, una información y opinión inclinadas a los
intereses manifiestamente antichavistas que este medio defiende. Para la primera, se basa en el
comunicado del gobierno venezolano acerca de la persistencia de la
insuficiencia respiratoria que aqueja al presidente de aquella república,
infiriendo de tal declaración lo que en ningún caso ha expresado dicho gobierno en la persona de su ministro de Comunicación: que se muestre pesimista sobre la salud de Chávez, tal como reza el
titular de la crónica.
En cuanto a la opinión sustentada en el editorial, que
el gobierno debe a los venezolanos información urgente y veraz sobre el estado
de salud de Hugo Chávez, no creo que sea El País el medio más indicado para reclamar
ese tipo de conducta. En primer lugar, porque el citado rotativo tiene en su haber el sonado episodio de la
falsa fotografía del presidente venezolano que a punto estuvo de ser estampada
en la portada de ese periódico para hacer creer a sus lectores que Chávez estaba en las últimas. En segundo lugar, porque creo que las únicas
informaciones veraces que no han llegado hasta ahora acerca de la convalecencia de Chávez
han sido las procedentes de su gobierno, tal como él mismo recomendó en su día.
Cierto es que, a estas alturas de su convalecencia y teniendo en cuenta las verdadera
imágenes acerca de su estado de salud que nos llegaron esta semana, el gobierno
venezolano debería dar un paso más. Ese paso consistiría en que Hugo Chávez se
hiciera ver ante los ciudadanos, a fin de satisfacer la ansiedad que muestra la
mayoría porque ese hecho ocurra. Si ayer, como asegura el vicepresidente Nicolás
Maduro, Chávez fue capaz de mostrarse enérgico y participativo dialogando por escrito con miembros de su gobierno durante cinco horas -dando al traste así con la información
que hoy publica El Pais-, lo previsible es que más pronto que tarde esa
comparecencia del presidente ante la ciudadanía se produzca.
De no ser así,
tendremos que seguir soportando más informaciones y editoriales tendenciosos como el de hoy en el mencionado periódico: "La
incertidumbre actual exige de inmediato conocer la verdad sobre Chávez. Si está
en condiciones de desempeñar el cargo, como afirma su canciller, tiene
pendiente la jura aplazada y la designación de Gobierno. Pero si, como parece y
cree la mayoría, la enfermedad le impide ejercer permanentemente el poder -extremo
que debe acreditar ya una junta médica independiente del Ejecutivo-, la única
salida constitucional es la convocatoria de nuevas elecciones presidenciales.
Unas elecciones para las que ya se preparan quedamente los políticos
venezolanos”.
Lo de quedamente quizá lo diga El País porque esos políticos, los de su cuerda y línea editorial, basan sobre todo en la enfermedad y/o muerte de su
adversario la posibilidad apetecida y largo tiempo pospuesta de victoria. Afanar una victoria sobre tal base califica a quienes la desean. Olvidan que tampoco así la obtendrían.
DdA, IX/2.314
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