Lazarillo
Este Lazarillo cree que esta noticia, publicada hoy en la edición del diario La Nueva España, debería alarmarnos, aunque se preste para algunos a varias y distintas interpretaciones, además de la que me parece sin ninguna duda fundamental. Entre los lectores que la comentan en la edición electrónica del citado periódico se dan tres posibles razones para que se hayan registrado esos datos: 1ª.-La poca atención que prestan quienes padecen alguna enfermedad y descuidan la prescripción médica con tal de no privarse de los placeres de la buena y sustanciosa cocina regional, celebrada por lugareños y huéspedes. 2ª.- Una consecuencia más de los recortes del Gobierno en la atención sanitaria. 3ª.- El hecho constatado de ser Asturias la región más envejecida del país.
Allí, según se afirma en la noticia, la vejez ha matado el año pasado más que la miseria en tiempos de la dura posguerra. Asturias acaba de dejar atrás el año con más defunciones desde el fin de la Guerra Civil y el primero en más de siete décadas que ha superado los 13.000 fallecimientos. Los 13.113 que figuran en la cuenta correspondiente a 2012, a una media de más de mil al mes y casi 36 muertos al día, obligan a retroceder hasta el trienio oscuro de la contienda para encontrar una cifra superior. Para poder comparar hay que saber que Asturias tenía entonces 836.642 habitantes, aproximadamente 240.000 menos que hoy, y también que lo que mata ahora es la involución demográfica que retiene a esta región en la cola de las más envejecidas de España, la que acumula la de tasa de mortalidad más alta y la última en cifras de natalidad.
Allí, según se afirma en la noticia, la vejez ha matado el año pasado más que la miseria en tiempos de la dura posguerra. Asturias acaba de dejar atrás el año con más defunciones desde el fin de la Guerra Civil y el primero en más de siete décadas que ha superado los 13.000 fallecimientos. Los 13.113 que figuran en la cuenta correspondiente a 2012, a una media de más de mil al mes y casi 36 muertos al día, obligan a retroceder hasta el trienio oscuro de la contienda para encontrar una cifra superior. Para poder comparar hay que saber que Asturias tenía entonces 836.642 habitantes, aproximadamente 240.000 menos que hoy, y también que lo que mata ahora es la involución demográfica que retiene a esta región en la cola de las más envejecidas de España, la que acumula la de tasa de mortalidad más alta y la última en cifras de natalidad.
El
registro de defunciones del año pasado superó en 425 al de 2011. El
número de nacimientos, que había experimentado un leve repunte de 2010 a
2011, ha vuelto a caer en 2012 en torno a un dos por ciento, hasta
dejar la cifra en 7.636, lo que sitúa la pérdida anual del Principado
por motivos vegetativos en 5.477 habitantes, el tercer dato más alto del
siglo y el peor desde 2003. Mirando el fenómeno con perspectiva, los
números globales de la última década indican en la misma dirección
ascendente. Las 127.030 personas fallecidas en Asturias entre 2003 y
2012 marcan la cifra más alta en un decenio desde el de la Guerra Civil y
suponen, por ejemplo, 8.000 defunciones más que en el recuento de los
años noventa, y un incremento superior a 10.000 respecto a los ochenta.
En
términos relativos, Asturias es ininterrumpidamente desde 1987 la
región española con una tasa de mortalidad más alta y no se apea del
último lugar en la clasificación de nacimientos por mil habitantes desde
el recuento de 1984. A ese dato hay que añadir el liderazgo del
Principado en el índice de envejecimiento, una variable que relaciona el
número de habitantes que ha superado los 64 años con los que no han
llegado a los dieciséis. En la región, según este cálculo del Instituto
Nacional de Estadística (INE), había el año pasado cerca de dos mayores
por cada joven.
DdA, IX/2.314
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