lunes, 14 de enero de 2013

TELEMADRID Y EL SILENCIO DE LA DERECHA DEMOCRÁTICA

Telemadrid-es-de-todos
José Frutos*

El despido colectivo de 861 trabajadores de Radio Televisión Madrid es una auténtica barbaridad contra la que todavía no han reaccionado adecuadamente algunos sectores de la sociedad democrática. Es verdad que la intensa movilización de muchos trabajadores de Telemadrid y Onda Madrid ha dado como resultado una importante ampliación del respaldo a la ya expulsada plantilla. Muchos madrileños, y españoles en general, han comprendido la peligrosa intensidad de la ofensiva del Gobierno de la Comunidad de Madrid y el PP contra casi mil trabajadores que ha sido despojados de golpe de todos sus derechos.
Los despidos se han producido con raquíticas indemnizaciones. Ha pasado el tiempo y la movilizaciones y nos ha llegado el brutal y temido golpe. A estas alturas todavía algunos echamos de menos el apoyo de algún sector de la derecha democrática española: ¿Es que no hay ningún político conservador que se oponga al desastre laboral al que se ha visto sometida la plantilla de la radiotelevisión pública de Madrid?. Hasta ahora, los apoyos han venido exclusivamente de partidos y organizaciones de izquierda, al margen del aliento de muchos particulares.
El desproporcionado plan de despidos supone, en primer lugar, una brutal ofensiva contra los derechos de los trabajadores. Afecta a operadores de cámara, productores, realizadores, redactores o, entre muchos otros, montadores con años e incluso décadas de trabajo a su espalda y con su puesto ganado en convocatoria pública; es decir, lo contrario a una designación a dedo.
Ese es el principal problema y miseria del despido colectivo: elimina de un plumazo una serie de derechos laborales. Una red de nuevas leyes (en especial la última reforma laboral) ha permitido condenar al paro a casi mil personas y con indemnizaciones mínimas. Es decir, nos niegan incluso una efímera posibilidad de futuro. Si la sociedad no responde a esta ofensiva estaremos ante un grave precedente que seguramente será aplicado no muy tarde a otros colectivos de trabajadores públicos.
Telemadrid, en función de los planes de la administración autonómica y la dirección, no se cerrará por el momento. Los actuales directivos de la cadena (responsables de su mala gestión) permanecerán en ella junto a un pequeño grupo de trabajadores, algunos contratados a dedo por decisión estrictamente partidista. Los directivos mantendrán sus elevados sueldos mientras que a otros nos envían al desempleo.
Muchos de los servicios de la empresa serán externalizados para que determinadas empresas puedan obtener grandes beneficios gracias a una particular forma de gestionar lo público. Acabará así la posibilidad de que Telemadrid y Onda Madrid vuelvan a ser algún día de todos los madrileños.
Es el fin de un servicio público y esa es la verdadera gran tragedia de todo este proceso destructivo. Si los últimos años han sido los de la ideologización de Telemadrid, el Gobierno regional pretende afianzar esa situación sin nadie que le conteste desde dentro. Es una depuración en toda regla y, por tanto, inadmisible.
Estas razones me hacen creer en que todos los demócratas deben oponerse a estos brutales planes: los de izquierda y también los de derecha. El despido colectivo se ha perpetrado sin diálogo real alguno con los representantes de los trabajadores. Todo ello representa un radical retroceso en cuanto a las conquistas sociales que tanto trabajo han costado a generaciones de españoles. Estamos convencidos de que bastantes ciudadanos tanto de izquierda como de convicciones conservadoras no comulgan con esta práctica.
¿Por qué no se escuchan voces de la derecha moderada contra este ataque? La oposición al franquismo, la Transición Española y nuestro camino por la democracia cuentan también, en cuestión de derechos sociales, con aportaciones de una derecha no radical que no debería continuar silente ante prácticas como la que se ha culminado en Telemadrid. Esta derecha también tiene la obligación moral de marcar diferencias con este tipo de abusos. En Telemadrid, en particular, y en España, en general, los herederos de la democracia cristiana del liberalismo verdadero y del centrismo conciliador de la Transición deben entonar un ¡basta ya! ante atropellos como el que nos ocupa y del que, desgraciadamente, tendremos más ejemplos. En otras ocasiones lo hicieron ¿por qué ahora no?.
Además, hay alternativas de ahorro en Telemadrid sin necesidad de acometer ni un solo despido. Los representantes de los empleados las han expuesto reiteradamente a la dirección sin obtener respuesta. Eso hace sospechar que no buscan el ahorro, sino la dilapidación de trabajadores que consideran desafectos. Actúan en el terreno laboral como el primer franquismo hizo en el ámbito social y político.
Durante estos meses los trabajadores de Telemadrid hemos realizado diversas acciones de protesta que nos han hecho cosechar, como decía al principio, más apoyos de los que teníamos. Hasta entonces habíamos leído y escuchado diversos argumentos desde la izquierda sociológica en un rotundo sentido: la tan partidista línea ideológica destilada en los últimos años por la emisora justifica un deseo nada escondido de que Telemadrid iniciara el camino de su desaparición.
Las actividades de los trabajadores recogiendo firmas, protestando en la calle o haciendo denuncias en las redes sociales ha cambiado ese sentimiento. Y lo ha hecho a raíz de la difusión de una verdad indiscutible: el 90 por ciento de los trabajadores fijos por concurso público se va a la calle y se quedan los directivos y un reducido grupo engrosado mayoritariamente por adeptos.
Lo que está sucediendo con Telemadrid es simplemente un abuso contra los más débiles y un atentado contra sus derechos laborales y sociales ¿Hasta cuando callará la derecha con anhelos sociales y democráticos? ¿Es que no existe esa derecha?

*José Frutos es periodistade Radiotelevisión Madrid (1988-2013)

+@La indecencia de "los criteriso de afectación a su puesto de trabajo"
Algo más que un tipo elegante.
 Celebramos que personas como el salmantino Vicente del Bosque, entrenador de la selección española de fútbol, elegido recientemente mejor entrenador del mundo, hagan pública expresión de su solidaridad con los casi 800 trabajadores de Telemadrid que han pasado a ingresar las estadísticas del paro por una desastrosa gestión de esa televisión pública por parte del gobierno de la Comunidad de Madrid.

PUNTOS DE PÁGINA
Foto


DdA, IX/2.275

No hay comentarios:

Publicar un comentario