miércoles, 30 de enero de 2013

LA PASIÓN DE ESCRIVÁ DE BALAGUER POR LA LIBERTAD Y SU CARTA A FRANCO

Félix Población

Leo que con motivo de la presentación de una edición crítica de las Conversaciones con monseñor Escrivá, que consta de siete largas entrevistas verificadas al fundador del Opus Dei entre los años 1966 y 1969, hasta cuarenta periodistas de nuestros días han resaltado en una mesa redonda virtual la pasión de don Josemaría por la libertad, según palabras literales de la noticia que ayer difundió el diario electrónico Público. Entre los profesionales citados se menciona a Carmen Rigalt, Pedro J. Ramírez, German Yanke, Iñaki Gabilondo y Manuel Campo Vidal, por centrarme solo en los más conocidos.

El coautor de la obra, José Luis Illanes resalta esa vocación de Escrivá de Balaguer por la libertad en el hecho de haber impulsado el santo la Facultad de Comunicacion de la Universidad de Navarra, centro privado de prestigio en el que estudiaron algunos de los periodistas mencionados. Andrés Garrigó se refirió al respeto que le merecían al autor de Camino las personas, la libertad y la verdad, lo cual probablemente indigne a quienes conocieron el Opus ab intra y optaron por abandonar lo que muchos consideran una secta. Extraña en ese sentido, ya sea dicho en referencia al fundador o a su obra, que un profesional tan reputado como Gabilondo haya destacado la importancia de apostar siempre por lo que se cree, por las convicciones, como si entre éstas la de la libertad fuera aplicable a la personalidad del homenajeado con la edición de sus conversaciones.

A Iñaki y a todos los colegas aludidos me gustaría recordarles que el santo de su devoción fue asesor espirtual y confesor de Francisco Franco y que de la indudable afinidad de don Josemaría con el régimen dictatorial y su líder quedó como prueba esta carta que quien subió a los altares dirigió al extinto caudillo, fechada en Roma el 23 de mayo de 1958, cuya fotocopia, en unión de otras inéditas del santo, se conserva en el archivo de la Fundación Nacional Francisco Franco La misiva fue publicada en la revista Razón Española en su número de enero-febrero de 2001. El original de la carta está en poder de la hija del dictador, duquesa de Franco:
Al Excmo. Sr. D. Francisco Franco Bahamonde, Jefe del Estado Español.
Excelencia,
No quiero dejar de unir a las muchas felicitaciones que habría recibido, con motivo de la promulgación de los Principios Fundamentales, la mía personal más sincera.
La obligada ausencia de la Patria en servicio de Dios y de las almas, lejos de debilitar mi amor a España, ha venido, si cabe, a acrecentarlo. Con la perspectiva que se adquiere en esta Roma Eterna he podido ver mejor que nunca la hermosura de esa hija predilecta de la Iglesia que es mi Patria, de la que el Señor se ha servido en tantas ocasiones como instrumento para la defensa y propagación de la Santa Fe Católica en el mundo.
Aunque apartado de toda actividad política, no he podido por menos de alegrarme, como sacerdote y como español, de que la voz autorizada del Jefe del Estado proclame que "la Nación española considera como timbre de honor el acatamiento a la Ley de Dios, según la doctrina de la Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana, única y verdadera y Fe inseparable de la conciencia nacional que inspirará su legislación". En la fidelidad a la tradición católica de nuestro pueblo se encontrará siempre, junto con la bendición divina para las personas constituídas en autoridad, la mejor garantía de acierto en los actos de gobierno, y en la seguridad de una justa y duradera paz en el seno de la comunidad nacional.
Pido a Dios Nuestro Señor que colme a Vuestra Excelencia de toda suerte de venturas y le depare gracia abundante en el desempeño de la alta misión que tiene confiada.
Reciba, Excelencia, el testimonio de mi consideración personal más distinguida con la seguridad de mis oraciones para toda su familia.
De Vuestra Excelencia affmo. in Domino
Josemaría Escrivá de Balaguer
Roma, 23 de mayo de 1958.

+@La transición es una etapa del franquismo. (García Rúa): Las puertas de la Universidad de Oviedo se abrieron ayer para José Luis García Rúa, medio siglo después de su expulsión por la Policía franquista. El catedrático de Filosofía e histórico militante anarquista ofreció su visión de la Transición española en el Aula Magna de la Facultad de Derecho, ante un centenar de asistentes de todas las generaciones. «Ese período es sólo una etapa más del franquismo», sentenció durante su reencuentro con las aulas asturianas. Y añadió que «la actual corrupción generalizada es connatural al sistema, nacido sobre el solapamiento de pensamientos alternativos.

 DdA, IX/2.290

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