martes, 11 de diciembre de 2012

LOS MEDIOS, EL CASO GAO PING Y LA GRAN ESTAFA DE LOS PODERES FINANCIEROS

            Begoña Aramayona

En noviembre del 2012, se hizo famoso el caso del empresario chino Gao Ping, acusado por el Tribunal de Justicia español de ser el líder de una trama que pudiera haber blanqueado dinero por el monto de entre 800 y 1200 millones de euros. El presunto líder de la trama, Gao Ping, importaba productos de China de los que solo una parte eran declarados a Hacienda. La mayoría de los medios de comunicación españoles, tanto de la prensa escrita como televisivos, sacaron el caso a la luz y le dieron una cobertura mediática singular.

El día 4 de diciembre, el programa de Antena 3, Espejo público, presentado por la periodista Susanna Griso, emitió  un reportaje en el que, durante media hora, trataron de ofrecer una síntesis del caso Gao Ping, en donde los colaboradores “expertos en opinión” de la cadena deleitaron al público con sus perlas periodísticas, que no solo juzgaban el caso Gao Ping, sino que se extendían sus críticas a toda la población china residente y trabajadora en España.

 Los periodistas allí reunidos hacían hincapié, con tono sentenciador, en el gran número de casos que acontecen en España de corrupción y fraude fiscal por parte de empresas chinas, así como de la dudosa calidad en las condiciones de trabajo de las personas, “la mayoría niños chinos”, decían, que están a cargo de la producción. Como muestra de la sofisticada capacidad de inferencia, digna de ser respetada por cualquier erudito de la lógica clásica, extendían sus acusaciones al empresario Gao Ping, tildando de “esclavista” las condiciones en las que este empresario mantenía a sus trabajadores allá en su país de origen.

Lo que estos expertos olvidan, y lo que parece ignorar la persona que está  a cargo del diseño de la programación de Espejo Público, es que gran parte, por no decir la mayoría, de productos que consumimos en España proceden de orígenes tan turbios como en el que concierne al caso que mencionan. Se olvidan de los millones de zapatillas Nike que son fabricadas por niños en fábricas en condiciones infrahumanas. Se olvidan de toda la ropa de Inditex (cuyas marcas hacen referencia a nombres como Zara, Blanco, Cortefiel, Bershka) que son fabricadas en la India por personas con salarios inferiores a tres euros por jornada. O todos los productos de Mac, Nokia, Sony  y un sinfín de marcas más, que llevan la elaboracóin de sus productos a países más baratos (India, Brasil, Taiwan, muchos estados africanos) para no tener que pagar los salarios que esta parte del mundo “desarrollado” ha conseguido ganar con años de lucha.

Se olvidan, también, de la cantidad de entidades financieras, especialmente del mundo de la banca, inversores y prestamistas, que han ganado millones de euros desde el 2009 cuando explota la crisis en España. Se olvidan de la cantidad de empresas que, no solo han mantenido sus beneficios anuales intactos, sino que incluso han ganado más que en años anteriores. En el peor de los casos, los 1200 millones de euros blanqueados por Gao Ping son minucia comparados con los miles de millones de euros que desaparecen anualmente a cuentas extranjeras para evitar declaraciones fiscales.

Sin poner en duda la corrección a la hora de denunciar cualquier caso de fraude fiscal, cabe preguntarse por qué los medios han incidido con tanta saña sobre este caso en concreto, mientras ignoran en sus primeras páginas la cantidad de casos de multinacionales, incluidas algunas españolas, que vulneran derechos humanos y actúan fuera de la legalidad. Cabe preguntarse también, si la nacionalidad -china- del empresario líder de la trama fue un rasgo significativo que le hacía merecer un puesto principal en la prensa.

 En estos momentos de crisis del sistema económico actual, los medios de comunicación de masas están demostrando ser un mecanismo estratégicamente adaptado a satisfacer las necesidades del propio sistema. La cobertura que se le ha dado al caso Gao Ping se constituye como un ejemplo claro del papel que cumplen buena parte de los medios de comunicación, especialmente la televisión: enfocar la atención pública en noticias que no dejan de ser anécdota en comparación a la gran estafa que Gobierno y poderes financieros están acometiendo.


DdA, IX/2.249

No hay comentarios:

Publicar un comentario