viernes, 7 de diciembre de 2012

¡LADRONA, QUE ROBAS A LOS POBRES PARA DÁRSELO A LOS RICOS!


Félix Población

Celebraba ayer la clase política, y digo clase a conciencia, el trigésimo cuarto aniversario de la aprobación de la Constitución española, sin que los derechos expuestos en la misma -gracias a esa misma clase- nada valgan a la hora de reformarla por su cuenta y riesgo, y al arbitrio de los intereses espurios de la dictadura financiera. En torno al edificio del Senado, lugar elegido para tal celebración, se arremolinó un grupo de ciudadanos dispuesto a recibir a una buena parte de sus señorías como se merecen, sobre todo si sobre ellas pesan responsabilidades de gobierno.

De tal hecho no tendríamos probablemente noticia si una camarógrafa de La Sexta, el único canal de televisión que refleja lo que pasa en la calle, no hubiera tenido la sensibilidad de recoger una frase que ahora mismo en España da probablemente fe del estado de conciencia y hartazgo de buena parte de ciudadanía. ¡Ladrona, que robas a los pobres para dárselo a los ricos!, gritó una señora de cierta edad a la presidenta de la Castilla-La Mancha, Dolores de Cospedal, cuando esta recorría los pocos metros peatonales que la separaban de la entrada al Senado. Según la noticia, y haciendo uso de su capacidad respondona, doña Lola de la Mancha se limitó a negarlo, algo que ya hizo hace tiempo con un contribuyente de su Comunidad cuando este la abordó, también en plena calle, preguntándole por sus pingües haberes.

Es muy probable que la presidenta manchega no sepa distinguir la poca fiabilidad que inspiran a la audiencia sus argumentos o negaciones, y la mucha y creciente simpatía que increpaciones como la de la señora en cuestión están ganando entre quienes -con sus muchos y crecientes impuestos- dotan a los políticos de su excelente nivel de vida, mientras el de la mayoría de la población no deja de resentirse. La inconsciencia, sordera o necedad de la presidenta manchega es el resultado de una clase política enquistada en sus espacios de poder y ajena a la sensibilidad popular, factores que le impiden apreciar el alarmante grado febril que está alcanzando la indignación ciudadana.

En el grito que sirve de titular a este comentario se contiene la temperatura del aumentativo malestar que afecta a la mayoría de la población en España. Su resonancia reiterada en la historia de este país aconsejaría que no se den incentivos a ese golpe de voz, en evitación de que pueda dar lugar a graves conflictos sociales.

+@Los artículos de la Constitución que no se cumplen

DdA, IX/2.247

1 comentario:

Anónimo dijo...

Un partido financiado por Ferrán no puede tener ninguna respuesta digna a lo que grita esa mujer.

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