Antonio Aramayona
El conservadurismo más rancio y nostálgico va consiguiendo sus objetivos
también en el ámbito de la enseñanza y la educación. Buena prueba de ello es el
nuevo proyecto de ley de Educación del Partido Popular, comocido como “Ley
Wert”.
Emplearon métodos marrulleros para boicotear la asignatura Educación para
la Ciudadanía
en las comunidades autónomas donde el PP goberrnaba y ahora han conseguido
poner fin a la misma. Hoy vuelven a dar un nuevo paso hacia la involución
dentro del mundo educativo: la vuelta incondicionada a la clase de religión
tradicional, con una difusa y obligatoria Alternativa a la Religión, desaparecida en
la reforma de los años noventa, y que deberá cursar obligatoriamente el
alumnado que no opte por Religión.
Nos encontramos con que el proyecto educativo sobre la materia del
Gobierno del Partido Popular, asumiendo obedientemente las exigencias de ja
jerarquía católica española y compartiendo plenamente sus postulados, no solo
borra de un plumazo la asignatura ideada hace unos meses por Wert de Educación
Cívica y Constitucional, una vez exenta de contenidos polémicos, sino que
implanta como “alternativa a la religión” “Valores Culturales y Sociales” en
Primaria y “Valores Éticos” en Secundaria.
Ha llegado la hora de que el profesorado de Primaria y de Secundaria de
la red pública de enseñanza exprese su denuncia y su rechazo activos de este
estado de cosas, que supone un inequívoco retroceso hacia indeseables épocas
del pasado. Por esta razón, es necesario que cada docente, alegando el derecho
fundamental a la libertad de conciencia, comunique formalmente a la Dirección de su centro
su objeción de conciencia a impartir el próximo curso en su horario docente una
sola hora de la asignatura que sirva de alternativa a la religión, porque no
quiere avalar ni directa ni indirectamente la existencia de la enseñanza de
religión en la escuela pública durante el período lectivo.
Dado el actual estado de cosas en materia educativa, impuesto por el
Gobierno del PP, no queda otra via para oponerse eficazmente a la impartición
de la religión en la escuela pública que la objeción de conciencia. Muchos
colectivos profesionales, médicos, por ejemplo, representan un buen ejemplo de
oposición colectiva a las pretensiones privatizadoras e ideologizantes del
Partido Popular. El colectivo de personas dedicadas a la educación y la
educación no deben irles a la zaga.
DdA, IX/2.247
1 comentario:
Llegado el momento objetaremos o retiraremos a nuestro hijo de la escuela, pero te juro por el Dios que no me alumbra que ningun pedrasta se hacercara a mi hijo a darle ninguna clase de catesismo, ni impondra sus retorcidos principios sobre el...
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