domingo, 28 de octubre de 2012

LA GENTE QUIERE TRABAJO, NO PRESTACIÓN POR DESEMPLEO


Alejandro Prieto

Hace poco vi en el programa televisivo Salvados una entrevista realizada a un  asesor económico alemán de la canciller Angela  Merkel, en la que  declaraba mostrarse a favor de recortar el tiempo de prestación por desempleo, aludiendo a estudios o informes que confirman la  distracción y el bajo interés de las personas en la búsqueda de trabajo hasta estar próxima la fecha de finalización de la referida cobertura. 

Aun desconociendo el contexto social que da lugar a semejantes resultados y conclusiones, tengo la corazonada de que difiere sensiblemente del escenario económico y  laboral  existente en la actualidad en  España, donde la creciente cifra de hogares sin ingresos, de niños mal alimentados, de parados de larga duración o de desahucios alcanza una dimensión dramática. 

Con la llegada de la luz del amanecer, se hace paso una oscuridad que golpea con intensidad el presente y estrecha la salida de cara al futuro, cada  nuevo día miles de personas son pasto de la disminución de la actividad y el cierre de empresas y negocios, cada semana que pasa se acentúa la sequía de recursos públicos dirigidos a la atención y el desarrollo de la sociedad y las necesidades de la población, cada vez es mayor el porcentaje de ciudadanos que las pasan putas.

Como revela la prensa, haciéndose eco de los datos revelados en un Congreso Nacional de Psiquiatría celebrado recientemente en Bilbao, el 32% de los suicidios llevados a cabo diariamente (como media)  en nuestro país son debidos a causas económicas, es decir, tres de cada nueve. ¿Tomarían los ciudadanos griegos, italianos, portugueses y españoles tal decisión si tuvieran la posibilidad de obtener ingresos suficientes para ir tirando? Más adelante, quizás salga algún informe diciendo que sí.

POR SER MUJER
Por querer acceder a una ventana que les ofrezca una perspectiva más amplia del horizonte, por sentir la necesidad de poner los pies en nuevas sendas y respirar aromas desconocidos, por desear hacerse con herramientas que les ayuden a salir de la rígida y reducida celda cultural e intelectual en la que tratan de retenerlas, por pretender dejar atrás la oscuridad de la intolerancia y el odio hacia la diversidad social y cultural, y por intuir que el aire rico en felicidad y esperanza entra al retirar los burletes de la ignorancia cultivada con tesón durante…, hay niñas que, como ha sido caso reciente de la joven paquistaní Malala Yousafzai, son víctimas de la ferocidad impuesta por la cerrazón e intransigencia. En definitiva, por la sencilla razón de anhelar y defender el derecho a ir al colegio. Ojalá que la voluntad mostrada por esas jóvenes y sus familias se vea cumplida, y sirva de estímulo y ejemplo para que la semilla de la educación florezca en campos yermos y hostiles a la libertad, el respeto y la convivencia entre las personas, con independencia del sexo, la religión o las ideas que cada cual tiene acerca de la vida.— Alejandro Prieto Orviz.(El País).
DdA, IX/2.217

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