sábado, 27 de octubre de 2012

DERECHA E IZQUIERDA ANTE LA CRISIS*


Adolfo Muñoz 

En 2012, quinto año de la crisis de 2007, las posturas políticas se han decantado de esta manera: la derecha política está a favor de la austeridad, y la izquierda a favor del crecimiento. La derecha ha encontrado en las medidas de austeridad un medio de poner en marcha el principio número uno de su ideología: el adelgazamiento del estado; y eso al mismo tiempo que se da un nuevo paso de gigante en el enriquecimiento de los riquísimos. Mediante  el adelgazamiento del estado, se impide a los pobres el acceso a una buena educación y a una buena sanidad. Al aumentar el paro, por virtud de la  ley de la oferta y la demanda, los salarios bajan. 

El problema que la derecha no quiere ver es: ¿de qué sirve que bajen los salarios en cuanto que costes de producción, si al mismo tiempo bajan en cuanto posibilitadores del consumo? La respuesta está sin duda en que, mientras pretende utilizar la austeridad para combatir la crisis, lo que realmente está haciendo la derecha es utilizar el pretexto de la crisis para aplicar la austeridad. Y no para todos. Tras esta táctica hay, cómo no, estupendos beneficios, pero seguramente también cierta dosis de sadismo. Cfr: “¡Que se jodan!” (Andrea Fabra).

 La izquierda ha tomado la lógica postura de defender lo que criticaba, es decir, el crecimiento económico. Y no tiene nada de extraño, pues las necesidades acuciantes son antes que las preocupaciones sobre el futuro del planeta. La izquierda lleva decenios asimilando la moral de retirada, la idea de que cada cambio es para peor, de que cada reforma supone una merma de derechos. Así que ahora la idea de la izquierda es volver a estar tan mal como hace cinco años. Y tiene de su parte el ver cómo han funcionado las cosas en el resto del mundo: aquellos países que han adoptado las medidas de crecimiento, como los países nórdicos o americanos, lo están pasando considerablemente mejor que aquellos que, como Grecia, Portugal y España, han optado por la austeridad. 

Sin embargo, la auténtica izquierda no puede olvidar que a la larga el crecimiento no es la solución. El problema del capitalismo actual es que exige enormes tasas de crecimiento para mantener los mismos niveles de desempleo. Ese es el absurdo que hay que cambiar pues, de no hacerlo, destruiremos el planeta para encontrar trabajo. Y eso si conseguimos encontrarlo. 

La paradoja es que las posturas de la derecha llevan a acelerar la agonía del capitalismo, y su muerte; en tanto que las medidas propugnadas por la izquierda llevarían a insuflarle un poco más de vida. El capitalismo ya está moribundo, casi muerto. Murió de un atracón. Sin embargo, es un cadáver al que tardaremos decenios en enterrar. Qué mala suerte, nos ha tocado vivir en una época que nos convertirá en las larvas que devoran el cadáver. 

*Artículo 19º de la serie El instante: reflexiones sobre la crisis

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ESTO Y AQUELLO 
El reciente informe de una comisión de jueces es demoledor. Atribuye esta situación a la “ligereza y mala praxis” bancaria. Pero mientras el dinero público, sustraído a los ciudadanos, se destina a sanear las cuentas de los causantes del estropicio, nadie detiene la apisonadora. Las viviendas que pierden las familias en apuros pasan de nuevo a manos de los expoliadores y a precio de saldo. No es mafia, pero se parece un huevo. Lástima que esta casta, la que se enriquece con la ruina, no se muera de risa. No hay lucha de clases. Lo que hay es un Estado de abuso: sangría a los asalariados, estupor de clase media, estampida emigrante de jóvenes. Y privilegios para los privilegiados.
En el drama del desahucio, ¿por qué no se aprueba ya una moratoria que evite que la gente quede a la intemperie mientras no se revisa una ley anacrónica e injusta?
Esto y aquello y lo otro están sumando de más. +@Manuel Rivas

DdA, IX/2.216

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