viernes, 17 de agosto de 2012
EL DÍA DE LAS VÍRGENES, CARLOS MARX REÍA A CARCAJADAS
Antonio Aramayona
La actual plantilla de fútbol del Real Zaragoza, acompañada por el cuerpo técnico y directivo de la entidad, ha realizado la tradicional ofrenda de flores a la Virgen del Pilar, como lleva haciendo todos los inicios de temporada. Un año más, sigo sin entender qué pinta un equipo de fútbol llevando flores a una imagen (yendo a las raíces griegas, un ídolo) de una confesión religiosa. Para quien le sirva de consuelo, la mayor parte de los equipos del balompié celtibérico hacen más o menos lo mismo.
La presunta aconfesionalidad del Estado y sus instituciones brilla cada vez más por su ausencia. Muchos políticos hispanos recurrieron el 15 de agosto a sus vírgenes respectivas (Asunción, Paloma, Reyes, Candelaria…), para implorarles ayuda para salir de la crisis (si tan alto potencial curativo tienen esas vírgenes para solucionar la crisis económica, viene bien preguntarse por qué no hicieron algo hace unos años para mandar a la cárcel más próxima o más recóndita a unos cuantos empresarios, políticos, banqueros y financieros, pues así no se habría desencadenado ninguna crisis).
A modo de ejemplo, algunos ciudadanos congregados en Madrid en la festividad de la virgen de la Paloma decidieron dirigir sus reivindicaciones hacia la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, la cual, con tanta algarabía, aunque le pidió fervorosamente “empleo”, no pudo oír/escuchar los sabios consejos de la antedicha virgen para salir de la crisis, y se tuvo que tragar a cambio los abucheos que le estaba dedicando un nutrido número de ciudadanos. Eso sí, educada donde las haya, Botella tuvo a bien saludar al final de la ceremonia religiosa a las autoridades religiosas con su inequívoca conciencia y voluntad aconfesionales.
También el alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna (PNV) ha pedido “ayuda” a su virgen (desconozco su denominación de origen concreta), pues vaticinó que el 2013 va a ser “tremendo”. Creyente católico, se pasó por el forro del pantalón que estaba ejerciendo un cargo público en representación de toda la ciudadanía bilbaína, y declaró que "los que somos creyentes, seguimos creyendo que nos puede echar una mano y falta nos hará".
El ínclito alcalde socialista de Toledo, Emiliano García-Page, que cada año jura pública y solemnemente como alcalde defender el dogma católico de la inmaculada concepción, pidió ayer a la virgen, en este caso “del Sagrario”, "esperanza y unión" ante los difíciles momentos que atraviesa el país. En otras palabras, con socialistas como García-Page en un cargo público no necesitamos más adversarios del principio constitucional de la aconfesionalidad del Estado y de sus instituciones.
A su vez, el presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero, Coalición Canaria, asistió anteayer a la misa y la procesión católicas de la virgen autóctona de la Candelaria, y el presidente de Cantabria, Ignacio Diego (PP), hizo otro tanto en veneración de la virgen de Valvanuz, al igual que el presidente del PP andaluz, Juan Ignacio Zoido, hincadas humildemente sus rodillas ante la virgen (nada republicana, por cierto) de los Reyes.
Con tanto paseo por los nimbos de la transcendencia, apenas lograba percibir una voz que susurraba en mi cabeza palabras que me sonaban a conocidas: "La miseria religiosa es a la vez la expresión de la miseria real y la protesta contra la miseria real. La religión es el suspiro de la criatura oprimida, el sentimiento de un mundo sin corazón, así como el espíritu de una situación sin alma. Es el opio del pueblo”.
La voz se apagó y el susurrante se fue, cosa que agradecí, pues su abundante barba me estaba haciendo cosquillas en el cogote. Aún oigo sus carcajadas cuando leí el artículo 16.3 de la actual Constitución española: “Ninguna confesión tendrá carácter estatal”.
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