martes, 5 de junio de 2012

EUROPA SE MUEVE Y EL CAPITAL HUYE DE ESPAÑA



Camilo José Cela Conde


Mientras aquí, en el reino de España, nos entretenemos con nuestras cosas, Europa comienza por fin a moverse. Lo nuestro es, como casi siempre, puro folklore. Se saca esa impresión al leer que el señor Rato prepara su contraataque amparado por el manto protector del Gobierno cuando en cualquier país digamos moderno estaría respondiendo a las preguntas del juez. Ya hay una estadística que sostiene que el 95% de los encuestados quiere que se investigue la gestión del consejo de administración de Bankia pero, ¡ay!, entre esos nueve y medio ciudadanos de cada diez no se encuentran quienes pueden dar las órdenes oportunas a la Fiscalía General de Estado. Estarán, digo yo, descansando; durmiendo la siesta, que es costumbre muy española.

Quienes parecen comenzar a sacudirse la pereza son esos otros poderes, europeos esta vez, que deberían haberse despertado hace cuatro años pero decidieron esperar hasta que fuese muy difícil atajar la crisis financiera, tal vez con el ánimo de poder demostrarnos lo que valen cuando deciden moverse. Eso es lo que sostiene, al menos, el Wall Street Journal en un artículo que ha recogido y difundido Europa Press.

Tras mucho tiempo mareando la perdiz de los bonos europeos, Angela Merkel y sus muchachos habrían decidido por fin apoyarlos a cambio de la entrega de soberanía presupuestaria por parte de los países beneficiarios. En román paladino, eso quiere decir entre otras cosas que en vez de hacer las cuentas del Estado al estilo de las del Gran Capitán, permitiendo que haya organismos que no deben decir ni siquiera en qué gastan sus presupuestos principescos, todo el mundo habrá de someterse a la ley general. No sé yo si veremos tanta felicidad que, por cierto, figura entre los compromisos del Estado de Derecho desde los tiempos fundacionales de la república francesa. Con la parsimonia propia de las autoridades europeas —cuya profusión de organismos inútiles por lo oscuro y redundante forma, por cierto, parte del problema— es bastante probable que asistamos a una infinidad de discusiones académicas acerca del diagnóstico más oportuno mientras el paciente se muere. Es decir, nosotros.

El riesgo mayor de ese despertar de Europa tiene su contrapartida en la desintegración que se está viviendo, a un ritmo acelerado esta vez, a medida que el pánico cunde y las soluciones se dejan para el día de mañana. Se cifra en 100.000 millones de euros la huida de capitales de España en el primer trimestre de 2012 —más de 12.000 euros por segundo— con un mes de marzo que ha batido todos los records históricos. Los países cierran puertas y miran con desconfianza al vecino.

No queda claro, pues, si el movimiento centrípeto europeo bastará para compensar la fuerza centrífuga que amenaza con convertir la Unión en nada. Cosa, pues, del equilibrio de fuerzas del que nos habló Newton y que los ilustrados escoceses, con Adam Smith al frente, aplicaron a la política. Qué suerte tuvieron al no tener que entender, ni explicar, lo de Bankia.


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LAS SOMBRAS DE LA MUERTE DE PABLO NERUDA
Le dijo Pablo Neruda a su esposa Matilde Urrutia en el lecho de muerte de la clínica Santa María, en Santiago de Chile: “Están matando a gente, entregan cadáveres despedazados. La morgue está llena de muertos, la gente está fuera por cientos, reclamando cadáveres. ¿Usted no sabía lo que le pasó a Víctor Jara?, es uno de los despedazados, le destrozaron sus manos… ¿Usted no sabía esto? ¡Oh Dios mío! Si esto es como matar a un ruiseñor, y dicen que él cantaba y cantaba y que esto les enardecía”.+@Crónica Popular


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