martes, 5 de junio de 2012

CARLOS DÍVAR: "LA SANTÍSIMA VÍRGEN Y LA EUCARISTÍA SON MIS DOS GRANDES AMORES"



Lazarillo


La que sigue es una entrevista confesional publicada en la revista católica Alba el 4 de enero de 2009, unos meses después de que el magistrado Carlos Dívar fuera nombrado por el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, en septiembre del año anterior, presidente del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Supremo.

"-¿Se reza mejor de noche?
El silencio es más profundo, nadie te interrumpe, te concentras más. Esto hace que Dios te hable más de cerca al corazón. No hay que olvidar que Jesús gustaba de orar por la noche.
-¿Y más? ¿Se reza más?
Aunque nunca se ora lo suficiente, hay que hacer horas extras: por los que no rezan, por los que no creen, por los que no le conocen...
-¿Qué les diría a éstos?
Que llorarían de alegría si supieran cómo nos ama Jesús. Muchos de los que no aman a Dios es porque no le conocen.
-Tantos años en la Adoración Nocturna... ¿qué le han enseñado?
Que lo verdaderamente importante en la vida es Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar. Es decir, Jesús en Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad. Lo más importante.
-También es congregante mariano...
Desde pequeño. Me eduqué en Bilbao y allí aprendí a dirigirme a Nuestra Señora bajo la advocación de la Virgen de Begoña.
-Ser congregante mariano y adorador nocturno...
Aquí quedan reflejados los dos grandes amores de mi vida: la Santísima Virgen y la Eucaristía.
-¿Qué papel tuvieron ahí sus padres?
Les debo mucho en cuestión de fe: crecí viéndolos hacer oración, rezar el Rosario, ir a Misa... El hogar como iglesia doméstica (así la definió el Concilio) es clave en la vida del cristiano.
-¿También lo es la oración?
“Todo apostolado que no esté basado en la oración está destinado al fracaso”. Eso dijo Juan Pablo II en su primera visita a España.
-Antes citaba a Pío XII para definir la oración. ¿Cómo la definiría usted?
Como la conversación con Dios, con Jesús. El trato íntimo con Dios.
-Dice Requero que la imagen que tiene de Dios no es la de un presidente del Supremo elegido por consenso entre PP y PSOE, sino la de un padre.
Toda la revelación de Jesucristo consiste en decirnos que Dios es padre para expresar así todo el amor que nos tiene.
-Entonces, ¿se lo imagina como a un padre?
No es que me lo imagine, es que dentro de mi corazón lo siento como un padre que me ayuda, me aconseja y, sobre todo, perdona mis muchas faltas. Él es el que tiene la iniciativa de amor, no nosotros.
-¿Y el Juicio Final? ¿Cómo se imagina el Juicio Final?
El Evangelio ya nos dice cómo tenemos que hacerlo: “Allá vendrá Jesús para juzgar a vivos y muertos y dirá: ‘Venid, benditos de mi Padre. Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber...’”. Será un juicio de caridad.
-¿Eso le reconforta?
Claro, porque no nos preguntarán por artículos o dogmas, sino si hemos pasado por el mundo haciendo el bien. Como dijo san Juan de la Cruz: “Al atardecer de la vida seremos juzgados por el Amor”.
-No le veo nada partidario de dejar sus creencias en casa antes de ir al despacho...
El amor de Dios, que es el que ha dirigido toda mi vida, nunca puede quedarse en casa.
-¿Y si se viera obligado a elegir?
Yo tengo que actuar conforme a mi conciencia. No puedo dejar de creer por tener un cargo público. Mi vida es una unidad. Antes de abandonar a Dios, abandonaría mi trabajo, sin hacer ningún ruido.
-Hay hombres públicos a los que les da pudor hablar de Dios. A, usted, en cambio...
Dios está tanto en mi vida pública como en la privada y yo no puedo renunciar a Él ni en una ni en otra. Jesús dijo: “Quien se avergüence de mí yo me avergonzaré de él delante de mi Padre”.
-Y usted, claro, no quiere que eso le pase...
No, no quiero. Además, ¿cómo voy a avergonzarme de Aquel al que amo sobre todas las cosas?"

Por el bien de las creencias que dice confesar y aquí expresa, así como por respeto a todos aquellos que comulgan de fe con esas creencias, dimita usted, señor Dívar. Ya que no lo ha hecho hasta ahora por respeto a la institución a la que pertenece como máximo representante, hágase el favor de releer esta entrevista en la que apela a sentimientos religiosos que suponemos dignos de la máxima estima para usted, en la confianza de que al hacerlo alguno de ellos le resuene en su conciencia y le haga tomar el único camino que le queda si es mínimamente coherente con los mismos. Porque, a pesar de sus declaraciones sosteniendo que no ha cometido ninguna irregularidad jurídica, moral o política, lo mejor que podría hacer es irse, y usted lo sabe.

+@Sin explicaciones de Dívar

EL TRIBUNAL DE LA HAYA, EL DE ESTRASBURGO
Y EL DE PUERTO BANÚS
¿Qué más hace falta para que dimita Carlos Dívar o para que el Gobierno lo saque de una vez de su sillón? ¿Un eclipse? ¿Una aparición mariana? ¿Un país europeo con cultura de la responsabilidad y donde los políticos y altos funcionarios del Estado sean conscientes que el dinero de los contribuyentes es de las cosas más sagradas que hay? Cada nuevo detalle que conocemos de lo que considera un gasto oficial el máximo responsable de la justicia en España provoca aún más ganas de emigrar. Érase una vez un presidente de Tribunal Supremo tan trabajador que tenía cenas de trabajo hasta la noche de los Reyes Magos. Y eso que cenaba solo. Érase un Consejo General del Poder Judicial tan generoso que pagaba cinco días de vacaciones en Marbella al jefe por un acto de unas horas. Y eso que el hotel le pillaba a 200 kilómetros de su apretada agenda. Érase un ministro de Justicia tan cumplidor que, después de estas revelaciones –y alguna más que saldrá–, hoy nos seguirá diciendo que da igual, que ya lo siente, que “Dívar sale reforzado” y que si el pueblo no tiene pan, que coma pasteles.+@Escolar.net

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