Lazarillo
Al final, socios afines a Mediapubli, empresa editora del diario Público -cerrado hace unos meses-, se quedarán con la cabecera y gestión de Público.es, gracias al capital aportado en la puja, que duplica el disponible por los trabajadores y lectores del periódico, empeñados en fraguar una cooperativa bajo la denominación +Público.
Como explica muy bien Silvia Padrón, la jugada es maestra: montas un diario, lo gestionas mal, sumas una deuda de 21 millones de euros y presentas un concurso de acreedores y un expediente de regulación de empleo. “La conclusión es que tus acreedores se quedan sin cobrar y tus trabajadores, a los que meses atrás les dijiste que no se fueran con una indemnización de 45 días por año, porque el proyecto iba a continuar, les comunicas que se van con 20 días, que además cobrarán varios meses después. Aún así, los trabajadores que sí se creen lo que están haciendo, pretenden quedarse con el medio y gestionarlo, pero como ahora ya está limpito y sin deudas, para ti también es interesante, haces una oferta superior (aunque no había dinero para pagar las indemnizaciones) y te vuelves a quedar con tu medio. Eso sí, el salario medio de la plantilla que queda ahora debe ser la mitad del que había cuando se presentó el concurso”.
No tenemos apenas información de cómo van las cosas entre los extrabajadores del rotativo que montaron la plataforma +Público y están dispuestos, ahora que ya no podrán quedarse ni con la cabecera ni con la gestión del medio electrónico, a lanzar un nuevo periódico. Esta era una alternativa barajada por los organizadores caso de que ocurriera lo que acaba de pasar. Parece que los apoyos se han incrementado a raíz de saberse quiénes van a ser los dueños de la empresa.
El proyecto de la cooperativa sigue adelante con esa aportación inicial de 240.000 euros lograda para concurrir a la subasta. El modelo de negocio se inspirará en el diario alemán Tageszeietung, que se mantiene de modo estable desde hace más de veinte años, y en el que la publicidad no es la fuente fundamental de ingresos, sino una más, complementada con las aportaciones de los socios y suscriptores. Un próximo número impreso, a publicar a mediados del mes que viene, dará cuenta más pormenorizada de esta iniciativa.
“A partir de septiembre, según leo en Cuarto Poder, se pondrá en marcha la página web, que contará con un espacio importante para los lectores, y se empezará a publicar un ejemplar en papel con periodicidad mensual o quincenal, con la esperanza de que pueda ser semanal. El primer medio de comunicación propiedad de sus periodistas y lectores ha nacido”.
Ojalá sea así, pero cabe preguntarse por lo que harán los nuevos propietarios de Público.es con una cabecera que ha servido para impulsar un proyecto tan necesario para muchos potenciales lectores como el de +Público. En atención a esas necesidades, por eso se llama +Público. Es probable que se llame -Público aquello que arranca con +dinero y menos sensibilidad, por lo tanto, para comprender y responder a esas necesidades.
PD.- Una vez publicado este artículo, nos llega la siguiente comunicación de MásPúblico:
El juzgado mercantil número 9 de Barcelona otorgó ayer la cabecera del diario Público a la inmobiliaria Display Connectors, cuyos principales accionistas son los mismos que hundieron el proyecto en papel de Público (Jaume Roures, Tatxo Benet, Toni Cases y José Luis Zárraga, entre otros) y despidieron a 130 trabajadores sin pagarles la indemnización correspondiente hace dos meses, alegando que no tenían dinero. Esta empresa tapadera fue creada hace solo tres meses. La cabecera de Público le fue otorgada ayer por 412.000 euros, después que MásPúblico decidiera renunciar a hacer una mejora en la subasta.
Puesto que las consultas realizadas, entre los ex trabajadores de Público y los socios usuarios que ya están dados de alta, daban de media 300.000 euros, nos decidimos a no entrar en una puja especulativa.
A pesar de no poder ya tener la cabecera, esta cooperativa de ex trabajadores del diario y lectores mantiene firme su objetivo de sacar un medio de comunicación de izquierdas, comprometido, profesional, gestionado democráticamente y que no dependa económicamente de los vaivenes e intereses personales de un empresario.
Para lograrlo, vuestro apoyo está siendo fundamental. Queremos aprovechar para daros las gracias a todos. Especialmente, a los que estáis reafirmando vuestro respaldo al proyecto, tanto con la cabecera de Público como sin ella. En cualquier caso, la cooperativa mantiene su compromiso con los socios que se quieran desvincular por no contar con la marca Público. Si es tu caso, puedes ponerte en contacto con nosotros y te devolveremos la aportación económica que ya has realizado.
Los próximos 2 y 3 de junio celebraremos la primera asamblea de socios de la cooperativa, en Madrid. Os recordamos que, para poder participar, es necesario confirmar el alta como socio usuario de la cooperativa. En ella, presentaremos la propuesta del proyecto periodístico y, entre todos, comenzaremos a definir los estatutos, que se aprobarán antes de julio.
La cabecera del nuevo medio que propondremos a la asamblea, será MásPúblico. En pocos días, los socios recibiréis información más detallada de esta asamblea.
El equipo de profesionales que está participando en el lanzamiento de MásPúblico ha ratificado su compromiso con el proyecto. Tras la publicación de un número especial con motivo del primer aniversario del 15-M, en el que participaron 50 ex trabajadores y colaboradores de la antigua edición en papel de Público, la cooperativa lanzará en las próximas semanas otro número, al que se sumarán más ex trabajadores y colaboradores. Este segundo número nacerá, por fin, bajo el paraguas de la cooperativa.
3 comentarios:
Por lo visto la gente con mucho dinero monta una empresa solo para ganar más dinero, AUNQUE sea un periódico de izquierda.
O gente con mucho dinero compra la marca de una empresa para evitar que esa marca caiga en gente con ganas de hacer un periodismo de izquierdas de verdad. Lo veremos.
Estoy convencido de que los compradores acaparan la marca para evitar que se hagan dueños de ella los únicos que son dignos de confianza para los lectores de Público.
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