viernes, 25 de mayo de 2012

HIJO Y MADRE: LOS SUICIDAS DE GRECIA



Félix Población


La noticia apenas da unos cuantos datos, muy pocos. Si ha saltado a los medios, en un país que ha pasado de la mínima a la máxima cota en el índice de suicidas, ha sido sin duda porque los protagonistas son una madre anciana, enferma de alzhéimer, y su hijo sexagenario.

Ambos vivían en la primera planta de un edificio ubicado en un determinado barrio de Atenas. Antonios Perris llevaba veinte años cuidando a su madre nonagenaria. En su blog no dejó de dar constancia, día tras día, a lo largo de la grave crisis socioeconómica que vive su país, de sus dificultades para afrontarla. A la imposibilidad de encontrar un centro para internar a su madre, se le añadió la dificultad de no disponer de dinero para comer.

Lo dejó escrito hace unos meses Dimitris Christoulas, el pensionista de 77 años que se pegó un tiro bajo un árbol en la plaza Sintagma. Quiso matarse en ese lugar, delante de la sede del Parlamento, porque el gobierno griego había aniquilado toda esperanza para mi supervivencia, según frase textual. No veo otra solución que darle este final digno a mi vida, ya que no me quiero ver buscando en los cubos de la basura.

Desde entonces hay griegos que dejan flores y palabras a los pies de ese árbol para que no se pierda la memoria y el testimonio de Christoulas. No sabemos si Antonios Perris habrá sido uno de esos conciudadanos, pero es casi seguro que como tantos otros el músico no habrá sido ajeno al mensaje escrito por Dimitris, máxime en sus circunstancias.

Madre e hijo vivían en el primer piso de un edificio de cinco plantas, por lo que subieron hasta el tejado para cerciorarse de una muerte segura. Cuentan quienes los vieron que los dos saltaron cogidos de la mano. Es muy posible que la madre no haya tenido conciencia de nada desde su ausencia mental, tampoco del significado de ese último gesto, pero el músico habrá querido estrechar entre sus dedos el amor a la madre por la vida recibida, en el momento de tomar la decisión de acabar con esa vida y con quien se la dio.

Si la máxima desesperación puede tener muchas imágenes, esta sin duda es una de ellas, que esperemos no se corresponda con la del país, porque en ese caso sería un país suicidado.

NOTA DE UN SUICIDA
Mi nombre era Antonios Perris, tenía 60 años y era un músico griego. Durante dos décadas cuidé de mi madre de 90 años que sufría de Alzheimer y recientemente fue diagnosticada de esquizofrenia. Las residencias de mayores no querían aceptar a una anciana con tantos problemas. Cuando estalló la crisis, yo no estaba preparado para afrontarla. Vendí todas las propiedades que tenía pero me quedé sin nada para comer. Ayer mi madre y yo nos arrojamos al vacío, cogidos de la mano, desde la azotea de un quinto piso. Antes de hacerlo, lancé en mi blog una última pregunta de auxilio a mis amigos poetas y músicos: ¿Alguien conoce alguna solución? Si les escribo ahora, ya no es por mí ni por mi madre pues nosotros hemos encontrado descanso. Si les escribo ahora es por las miles de personas en su país que están pasando por algo parecido a lo que estamos pasando los griegos. Hay una solución para ellos. Y la solución depende de ustedes. Ustedes pueden y deben hacerlo. Para evitar que haya otros hijos y otras madres que salten al vacío como mi madre y yo hemos hecho. Ya lo están haciendo también en su país aunque sus muertes no salgan en el telediario. Pero hay víctimas. Y otra mayoría de víctimas que sigue viva y resistiendo. Por ellos y por humanidad, señor presidente, señores ministros, señores y señoras diputados, hagan algo de inmediato. No se lo pido ni con la rabia ni con el rencor que sentía ayer hacia ustedes pues la muerte me ha liberado también de eso. Se lo pido por favor, por dignidad, por respeto y porque es su deber y pueden hacerlo. Sí se puede. Es muy sencillo. Hay 350.000 familias que han sido desahuciadas en su país desde que esta estafa llamada crisis empezó a acribillarnos. Hay miles que siguen siendo desahuciadas cada mes por los mismos bancos que ustedes están salvando con el dinero de esos pobres que han cotizado durante años y han pagado sus impuestos. Ahora estas personas no pueden hacer ni eso. Son familias en paro, con niños, con ancianos, con enfermos. Hagan por un momento ese esfuerzo de imaginación que siempre eluden y piensen por lo que están pasando. Imaginen lo que es quedarse sin casa, tener miedo a esa llamada que va a echarte, dormir sobresaltado por cada ruido que puede anunciar el desahucio, la vergüenza de que tus hijos vean a la policía arrastrándote por la fuerza fuera de tu piso, la vergüenza después de pedir asilo en casa de un familiar, un amigo, quizá casi tan ahogado como tú y los tuyos, o lo que es peor, la humillación de quedarse en la calle o un albergue… No hace falta mucho esfuerzo para sentirse mal sólo de pensarlo. Pues hagan con ellos lo mismo que han hecho con la banca. Oblíguenles a detener los desahucios. Oblíguenles a perdonar las deudas de hipoteca después de entregar la casa. Y oblíguenles a realojar a las miles de familias que lo necesitan en los miles de pisos que tienen vacíos y que siguen reteniendo para hacer negocio. Establezcan un alquiler asequible, estudien los casos pero realójenlos a todos. Momentos de excepción como éstos exigen medidas de excepción como las que han tomado para rescatar a la banca. Rescaten a las personas. Pueden hacerlo porque lo han hecho con los bancos. Les han salvado, impónganles condiciones a su rescate. Han nacionalizado a la entidad que ejecuta el 80% de los desahucios, están dispuestos a darle lo que necesiten y dicen que necesitan 15.000 millones. Este banco es nuestro, pongan ustedes las normas, salven a los que lo necesitan. Y háganlo ya. La vida de otros depende hoy de ustedes. Mi madre ya no era capaz de saber lo que estaba pasando. Pero ustedes no tienen Alzheimer aunque a veces parezca que han olvidado dónde dejaron su conciencia. A lo mejor en mi lecho de descanso he llegado a creer por un momento que la tienen. Por eso me he atrevido a escribir estas líneas que pueden sonar ingenuas porque estamos construyendo un mundo en el que defender la justicia parece cosa de inocentes. Déjenme este último sueño antes de coger el que es eterno. Tiendan una mano a los que están a punto de arrojarse. Hagan algo.-Javier Gallego, Carne Cruda
"TODOS SOMOS GRIEGOS"

Portada de la revista sueca Fokus.

Que no toda la prensa europea es insensible a los sufrimientos de los griegos lo confirma también el largo artículo –titulado “Todos somos griegos”– que ha escrito Edwy Plenel, el director y fundador del influyente diario on-line francés Mediapart: “En Grecia se juega el futuro común de los pueblos europeos: no sólo el de nuestras economías, sino también el de nuestras democracias. Los griegos no son responsables de una crisis producida por la ceguera de una Europa que ha abandonado la política por las finanzas. La solidaridad con el pueblo griego es necesaria porque es la condición imprescindible de un verdadero cambio. Si la guerra civil española fue la prueba del Frente Popular francés de 1936, la crisis griega es la de la presidencia de François Hollande”. +@Carlos Elordi

ENTREVISTA CON GABRIEL JACKSON SOBRE NEGRÍN
Jackson señala que Negrín fue uno de esos pocos políticos preparados, con carácter, valiosísimo para su época. Fue un verdadero hombre de acción y también un intelectual, quizá más vocacionalmente europeo que la mayoría de sus colegas españoles.- Lo que está sucediendo es tan profundo como evidente y no es sino una manifestación de la lucha de clases.+@Crónica Popular

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