Lazarillo
Me ha parecido muy oportuno el artículo que sigue, firmado por mi compañero José Antonio Martín Medem y publicado hoy en Crónica Popular. Viene a cuento no sólo con relación al gobierno bolivariano de Venezuela y su presidente Hugo Chávez Frías, sino también por lo que respecta a la última noticia que nos ha llegado de Cuba a través de agencias y corresponsales. Todos los medios afectados de castrofobia se hartaron de difundir estos días la muerte de un supuesto disidente de aquel país, Wilman Villar, al parecer después de una huelga de hambre de cincuenta días. El gobierno cubano ha desmentido esa información y dado a conocer otra muy distinta, que debería merecer al menos consignación, y que podemos encontrar completa en la página Cubadebate.
Hasta hoy, y pese a la carencia de libertad de expresión que padecen los cubanos, una afamada bloguera de aquel país que colabora habitualmente en los medios de comunicación del nuestro y algún familiar del fallecido pudieron exponer -libremente y a fondo- sus personales criterios en emisoras y periódicos españoles en un único sentido: Villar fue otra víctima del régimen de opresión castrista.
En ninguno de esos medios, sin embargo, tuvimos oportunidad de leer y escuchar no ya las declaraciones de los familiares de Victor Manuel Hilarión Palacios y Mauricio Arredondo, líderes campesino y sindical colombianos, torturados y asesinados días atrás (el primero presuntamente por parte del Ejército), sino una mínima referencia opinativa acerca de esos hechos, que sí constan en la sección de noticias de la web de la Asociación Nacional Sindical de Trabajadores y Servidores Públicos de la Salud de Colombia (ANTHOC).
Artículo de José Antonio Martín Medem
Joseph Goebbels, -ministro de propaganda de la Alemania Nacional Socialista, “evangelista del nazismo” (como era conocido), amigo íntimo de Adolf Hitler y canciller de la Alemania nazi en su sucesión- utilizó técnicas de comunicación que reflejaban su personalidad cínica, impulsiva y dominante. Estas técnicas parece que se han convertido en la plataforma ideológica de la comunicación de los poderosos grupos que controlan la información oficial en el mundo. Según los historiadores, una de sus máximas preferidas era que “una mentira mil veces repetida….se transforma en verdad”. Estados Unidos y los grandes medios de comunicación no dudan en utilizar los once mandamientos del nazi Goebbels para la propaganda contra el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, y el gobierno de la República Bolivariana.
1) SIMPLIFICACIÓN. Individualizar al enemigo. Con la denominación de “gorila rojo” pretenden descalificar, a través del dirigente mestizo, a la mayoría de venezolanos que defienden con sus votos la soberanía nacional y la autodeterminación contra la desigualdad.
2) CONTAGIO. Personalizar la insurgencia colectiva. Utilizando la acusación de “chavismo” como sinónimo de autoritarismo y populismo pretenden descalificar al conjunto de gobiernos de América Latina que defienden la soberanía nacional, la justicia social y la integración regional.
3) PROYECCIÓN. Acusar de lo que tú haces. El sistema político, económico e informativo que más ha agredido a los gobiernos democráticos de América Latina pretende convencernos de que Estados Unidos, las multinacionales y los venenosos medios de comunicación son los que defienden una auténtica democracia para Venezuela.
4) DESFIGURACIÓN. Exagerar en la información. Denuncian cualquier iniciativa de Chávez como una amenaza para la democracia venezolana y la seguridad latinoamericana e internacional.
5) VULGARIZACIÓN. Grandes mentiras en formato popular para intentar convencer mediante sensaciones de fácil asimilación. Pretenden convencernos de que sólo hay un caudillo loco que se impone por la fuerza en el país de América Latina donde más ha aumentado la participación popular y más se han reducido las desigualdades.
6) ORQUESTACIÓN. Repetir siempre lo mismo para convertirlo en verdad. No han podido probar las reiteradas acusaciones de complicidad con las FARC, colaboración con el narcotráfico y participación en la fabricación de armamento nuclear.
7) ACUMULACIÓN. Amontonar las acusaciones para ocultar las respuestas. Cada vez que el gobierno de Venezuela desmonta una mentira, el imperialismo responde con una nueva acusación.
8) VEROSIMILITUD. Construir una falsa verdad a partir de datos inventados. Todas las acusaciones contra Chávez basadas en los supuestos ordenadores del guerrillero colombiano Raúl Reyes han sido desmontadas por la Corte Suprema de Colombia, que consideró que las falsas pruebas fueron manipuladas después de haberlas conseguido, además, mediante una ilegal operación militar en territorio ecuatoriano.
9) CONTRAPROGRAMAR. Ocultar lo que beneficia al enemigo y taparlo con falsas acusaciones. Los grandes medios de comunicación ocultan las informaciones de la CEPAL sobre la reducción de la desigualdad mientras inventan pronósticos catastrofistas sobre la situación económica de Venezuela.
10) TRANSFUSIÓN. Utilizar argumentos mentirosos relacionados con prejuicios tradicionales. Pretenden inventar a un Chávez obsesionado con el odio contra EEUU y la UE cuando lo que su gobierno defiende es el derecho a la soberanía nacional sin injerencias internacionales ni explotación de las grandes empresas transnacionales.
11) UNANIMIDAD. Intentar conseguir la impresión de que lo que mienten los poderosos es lo que piensa la mayoría. Las acusaciones contra Chávez y su gobierno se lanzan desde una supuesta posición de autoridad que no necesita pruebas porque “ya todos sabemos lo que significa la amenaza del chavismo”.
+@Vicenç Navarro: Los "malos" gobiernos populistas latinoamericanos
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