Félix Población
El propio cronista lo señala al principio de la información. Juan López de Uralde no está acostumbrado al tono mitinero y esto es lo primero que se resalta en el acto de presentación pública de su partido, Equo, que tuvo lugar ayer en Rivas Vaciamadrid. Esa cualidad, como tantas otras, no es algo que se improvise.
Por más que he tratado de encontrar algún punto de vista diferenciador en Equo, que la haga distinguible de otras formaciones de izquierda, no lo he encontrado en la alocución de su líder. Defender la equidad social o el Estado del bienestar, no dice nada nuevo a estas alturas. Sí lo indica, en cambio, que al término del mitin Uralde se haya dirigido indistintamente al PP, PSOE e Izquierda Unida con estas palabras: Nos vamos a presentar, escuchadlo, vamos a estar en las instituciones.
Hace un par de días se puso fin al plazo para notificar a la Junta Electoral la formación de coaliciones que se presentarán a los comicios del 20N. Izquierda Unida ha logrado firmar acuerdos con ese fin con un total de doce formaciones políticas, desde la Chunta Aragonesista al Partido Democrático y Social de Ceuta, pasando por la Federación Los Verdes o Socialistas Independientes de Extremadura. Su objetivo es hacer posible una izquierda plural, abierta y amplia que se aglutinará en torno a una coalición estatal bajo el nombre de La Izquierda, denominación análoga a la que el Linkspartei, Partido de la Izquierda o La Izquierda (Die Linke) tiene en Alemania con una significativa representación parlamentaria en el Bundestag (76 diputados).
No estará entre esas formaciones Equo, pese a que Izquieda Unida trató hasta el último momento de contar con Uralde, incluso a sabiendas de que éste se había mostrado públicamente renuente a la convergencia. Al referirse a ese intento malogrado, Cayo Lara repitió lo tantas veces sabido y nunca asimilado con provecho en este país: la atomización de la izquierda solo contribuye a su debilitamiento. La suma multiplica y la resta puede dividir, sobre todo las esperanzas de los ciudadanos. Esto, en plena y brutal ofensiva del neoliberalismo, cuando se lucha contra poderes que traspasan las fronteras, es especialmente peligroso y decepcionante.
No he podido leer ni escuchar hasta ahora cuáles han sido los motivos expresos por los que Equo no se ha integrado en el proyecto de coalición electoral planteado por Izquierda Unida (IU). Lo único que ha dicho Uralde en relación con esas siglas ha sido vincularlas ayer, en su mitin, con las de los dos partidos mayoritarios, algo que sólo se puede interpretar como una alusión lesiva para rivalizar con La Izquierda, poniendo a ésta a la altura del Partido Popular y el PSOE.
Creo que los militantes y simpatizantes de Equo deberían preguntarse si este partido y la ambición política de su líder serían los mismos o incluso si sería posible Equo sin el episodio protagonizado por Juan López de Uralde en Dinamarca hace unos meses. ¿Habría Equo sin ese lance? ¿Qué izquierda es la de Equo que no va con La Izquierda? ¿Acaso aspira a Uralde a remedar a Los Verdes alemanes, con tantas marcas verdes como se multiplican en este país? Como no lo tengo claro ni Equo me lo aclara, nunca me tentará Equo como opción política clara.
+@Equo e Izquierda Unida, una oportunidad perdida.
REDDIARIO
1 comentario:
Siempre pasa igual con los partidos de izquierda. Es un afán de protagonismo personal que no cuadra con los principios de solidaridad e igualdad que se propugnan. A los hipotéticos votantes nos baja bastante la moral porque no sabemos si votamos a un conjunto de personas que harán lo posible para llevar a cabo unas medidas previamente anunciadas o si se vota para que un tipo consiga protagonismo (y nada más con esta ley electoral). En esto tenemos que aprender de la derecha.
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