REVOLUCIÓN INFORMATIVA EN CHINA

Lazarillo

En nuestra área geopolítica estamos comprobando la incidencia que las llamadas redes sociales están teniendo en el mundo de la información. El celo con el que la policía procura que no se tomen imágenes en aquellas manifestaciones en donde se pueden dar incidentes, lo hemos comprobado recientemente con la detención y apaleamiento de un fotógrafo durante la desafortunada actuación represiva de los antidisturbios en Madrid contra el Movimiento 15-M. Un teléfono móvil, como sucedió en este caso, puede aportar documentos gráficos de indudable valor a la hora de contrastar una noticia y hacerla constar como testimonio fidedigno.

Pues bien, en China, donde la libertad de expresión entraña serios riesgos para quienes pretenden ejercerla, también hay posibilidades de burlar las mordazas impuestas por el régimen. No a través de Twiter, sino de lo que allí llaman waibos y que algunos expertos empiezan a considerar no sin fundamento como una auténtica revolución informativa. La eclosión de los waibos se ha producido en poco más de un año. Llama la atención que en tan breve tiempo, la mitad de los usuarios de Internet en aquel país, algo así como 250 millones de ciudadanos, hayan abierto cuentas waibo y que tal fenómeno haya servido para sortear las restricciones informativas.

La mejor muestra de la efectividad de estas cuentas y de su potencial comunicador se ha podido comprobar a raíz del gravísimo accidente ferroviario que ocurrió hace unas semanas al chocar dos trenes de alta velocidad, con un saldo total de 40 víctimas mortales y más de 400 heridos. Las primeras noticia del suceso partieron de los propios viajeros sobrevivientes de ambos trenes, que además de los datos referentes al mismo aportaron sus opiniones críticas sobre la responsabilidad que le competía al Gobierno de la nación en el accidente.

Que los protagonistas de la información sean el medio y elaboren al mismo tiempo el mensaje para difundirla, allí donde la información está vigilada, solo puede merecer el calificativo de hecho revolucionario. Es muy probable que ya se esté estudiando el modo de que no lo siga siendo.

+@¿Qué culpa tiene BlackBerry en los disturbios de Londres? (BBC)