EN VEO7 USAN EL BOLÍGRAFO COMO ARMA ARROJADIZA

Félix Población

Si mal no recuerdo, hubo un tiempo en que asistían a la tertulia política del canal de televisión Veo7, adscrito al diario El Mundo, algunos periodistas del diario Público entre los que figuraba su ex director, Ignacio Escolar. Siempre me extrañó esa presencia, pues juzgo a Ignacio una persona inteligente, así como un profesional sobradamente cualificado como para asistir a programas de mayor entidad y prestigio que el que acaba de desprestigiar de modo definitivo el supuesto moderador de La Vuelta al Mundo, Carlos Cuesta.

Digo supuesto moderador porque siéndolo a título teórico, el tal Cuesta mantiene tal fidelidad a la línea editorial de su jefe, Pedro J. Ramírez, que en lugar de limitarse a su papel -tal como debería si se preciara de su profesionalidad-, el citado periodista no solo toma partido, sino que lo hace de manera ardorosa y combativa como si en ello le fuera el sueldo, lo cual bien podría ser cierto pagándole quien le paga.

Dado que ahora se ha abierto de manera franca la veda contra el vicepresidente primero y ministro del Interior, por aspirar Pérez Rubalcaba a La Moncloa en los próximos comicios generales, el espíritu pendenciero de don Carlos está sumamente alterado en esa línea de combate. Prueba de ello es que no lo pudo disimular en la tertulia de hace un par de noches, cuando su colega Roberto Santamaría tuvo la osadía de interrumpir las diatribas del moderador contra el político del PSOE, equivalentes a las que hacen la mayoría de los contertulios que intervienen en los programas de desequilibrado debate que se dan en ese canal de televisión.

No satisfecho con reprender a Santamaría prohibiéndole hablar mientras lo hacía él (véase final del vídeo), Cuesta lanzó hacia/contra el citado tertuliano el bolígrafo que empuñaba, señalándose en este proceder como el primero de los moderadores que emplea la herramienta que debería utilizar para expresarse o marcar los tiempos y turnos de cada interviniente como arma arrojadiza.

Este es el periodismo que por desgracia se ha asentado en España desde que hace ya unos cuantos años el locutor Losantos, merced a la anuencia de la obispalía, utilizó la cadena de emisoras de la Iglesia para hacer escuela de su estilo desfachatado, insidioso e insultante, alojado ahora en otra radio de menor audiencia e incidencia en la vida pública. Esa falta de dignidad profesional, puesta al servicio del estamento más reaccionario de la derecha española, es un oprobio para el periodismo.

Nada más expresivo que la actitud de Cuesta para exhibir tan cerril e infamante interpretación del oficio que tanto place a significados dirigentes del Partido Popular, empeñados en defenderla y apoyarla contra sus adversarios políticos.