Matilde Garzón Ruipérez
Es un mito sobre la bella muchacha fenicia, arrebatada por Zeus-Júpiter, convertido en toro y llevada a las costas de Occidente. Ahora está anestesiada por un dios más potente, que roba su economía, su energía, sus valores. Es de lo que J. L Sampedro nos está avisando en el primer capítulo del libro que acaba de publicarse y que todos deberíamos leer y meditar. "Occidente puede correr la misma suerte de otros imperios extinguidos…" -nos advierte en las conclusiones-, pero primero a los jóvenes y luego a todos nos insta a "dar la vuelta a nuestro barco" y enfilar la proa "hacia un desarrollo humano". Finalmente con optimismo nos apremia: "es el momento de la acción" y nos anima "porque otro mundo no es sólo posible, sino seguro".
Azuzada mi conciencia, me propongo aportar un granito de arena en esta empresa, que como todas, exige antes información verídica. El Documental Inside Job, del que los medios no han dicho palabra, me ha abierto los ojos sobre los entresijos de la abominable crisis de Wall Street, en la que se han dado cita todas las maldades, que saben astutamente acicalarse para salir ilesas de sus crímenes. Ahora me propongo masticar, para mis lectores y para mí, el librito de Hessel y sobre todo Reacciona, con los certeros análisis de sus 10 capítulos para Europa y España. Y es que cualquier día nos vamos a despertar con la noticia de que alguno de los clubs Bilderbergueros ha comprado el Partenón o el Escorial y así con la avaricia de los mercados y nuestra indolencia, acabaremos raptados, acabará raptada no la joven sino la vieja y caduca Europa.
Destapando con Sampedro la alfombra, descubriremos el polvo y los ácaros que subyacen, preguntándonos: ¿Por qué los bancos han llegado a tal extremo de codicia y los gobernantes lo han consentido?¿Por qué el pueblo se ha contagiado de la corrupción hasta el punto de votar a corruptos como gobernantes? La respuesta es más compleja de la que solemos darnos, buscando en nuestra ignorancia, un "chivo expiatorio" sobre el que cargar no sólo la codicia financiera sino también todas nuestras corruptelas, despilfarros y egoísmos. Porque la crisis es más que financiera.
Es nuestra sociedad, nuestro sistema, nuestra vida la que está embadurnada. "Europa está en coma", "hemos liquidado ideales, valores", "mucho desarrollo tecnológico y nulo progreso humano"- dice Sampedro- "el caldo de cultivo" para el saqueo sin escrúpulo, como de hordas salvajes, de los mercaderes. Ni respeto a la naturaleza que a veces se encrespa con razón. Ni respeto a las instituciones mundiales -ONU, Consejo de Seguridad…- que se crearon para evitar desastres y mantener la Paz. Bush en Irak y ahora los G.8 y G.20, antidemocráticamente, actúan a su capricho e interés a costa de la pobreza y la salud de media humanidad. Nos hemos olvidado de la "deuda externa" que asoló en los 90 a los países subdesarrollados y ahora nos ahogamos los ricos de entonces con una deuda eterna. Son las veleidades del Becerro de oro, al que adoramos. ¿Qué hemos hecho los europeos con los emigrantes, pueblos migratorios que hemos sido siempre? Por qué dar la espalda a los conflictos vecinos, pactar con dictadores o vender armas a tribus en litigio? Compramos y vendemos "personas" y las aplaudimos como héroes, como antaño a los gladiadores, contentos igualmente con el "pan y el circo".
Nuestra democracia es votar, sin saber a quién, presionados por slogans o los medios. Porque nuestra ideología, sin referentes humanos ni divinos, sólo tiene una Fe: mercado libre, dinero, producción y consumo sin límites, reina la Plutocracia (o sea, el dinero), la oligarquía o partitocracia, convivimos con las teocracias o cesaropapismos y hoy dormimos amordazados por la peor de las dictaduras.
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