LA INVEROSIMIL HISTORIA DE STRAUSS-KHAN Y UNA MUCAMA EN NUEVA YORK

Félix Población

Según los expertos, los graves cargos que pesan sobre el director gerente del Fondo Monetario Internacional, Dominique Strauss-Kahn, acusado de un presunto delito de intento de violación, abuso sexual delictivo y secuestro de una camarera del hotel de Nueva York donde se hospedaba, hacen tambalear no solo el porvenir político de quien podría haber llegado a presidir la República francesa desde las filas del Partido Socialista, sino la estabilidad del propio FMI, institución supervisora del sistema económico global y actor decisivo en las actuales circunstancias de crisis de la deuda en Europa.

A mí la historia del sexagenario jefe del FMI en pelota, víctima de supuestas adicciones sexuales, asaltando a la mucama del hotel en un pasillo y secuestrándola hasta su habitación para tratar de someterla a sus caprichosas y urgentes calenturas de entrepierna, me resulta totalmente increíble, por mucho que insistan ahora algunos medios en rastrear precedentes similares en el currículo de Strauss-Kahn. Todo viene a sugerir que esos precedentes juegan en contra del acusado, pero también podrían ser determinantes para haber urdido una conspiración en contra de su persona.

Lo que más me ha llamado la atención del percance, además del carácter patológico que tendría un comportamiento así por parte de quien ocupa tan influyente cargo al frente de la economía mundial y aspira a presidir la jefatura de Estado de su país, es la precipitación con la que sus adversarios políticos en Francia se han lanzado para hurgar en la herida apenas abierta.

En el caso de la lideresa ultramontana Marine Le Pen, que algunos sondeos situaban en lucha con el candidato socialista en la segunda vuelta de las presidenciales del año que viene, habla de la definitiva desacreditación de Dominique Strauss-Khan, como si éste ya hubiera sido condenado. Según Marine, además, hasta ella misma fue un poco víctima de Strauss-Kahn durante un debate televisivo en el que éste se mostró extremadamente desviado en sus palabras.

Más duro aún que madame Le Pen ha sido un diputado del partido del presidente Sarkozy, Bernard Debré, que consciente de las posibilidades que ahora se le abren a su jefe para mantenerse en El Elíseo, ha considerado poco recomendable al máximo responsable del FMI, para subrayar a continuación que es humillante para Francia tener un hombre que sea como él, que se revuelca en el sexo y que eso se sepa desde hace mucho tiempo. Por lo cual, asegura, su carrera para las presidenciales de 2012 está terminada.

El fin de carrera política es más que previsible, ciertamente, porque aunque Strauss-Khan fuera declarado inocente y sus adversarios políticos tuvieran en este caso que excusarse por sus palabras, el director gerente del FMI ya no presidirá la República francesa por efecto del escándalo que ha supuesto la noticia. Esto, que no es poco, es lo que por el momento está asegurado, y con lo cual la historia de la mucama de Nueva York, sin haber sido demostrada, ya ha cumplido su objetivo. Dejo para los expertos, por más complejas, las complicaciones que el caso DSK también puede comportar en la crisis económica europea.

+@La esperanza de la izquierda.

+@Hace algo más de dos años, luego de que se derrumbara el imperio de Bernard Madoff, aquel mago de las finanzas y reserva espiritual de Wall Street, acusado de estafar a sus inversores alrededor de 50.000 millones de dólares, Dominique Strauss-Kahn, director del Fondo Monetario Internacional preguntó sorprendido: “¿Dónde estaba la Policía?”