martes, 17 de mayo de 2011

SOBRE LA MUERTE DE BIN LADEN Y MÁS: SI DIOS ESTÁ CON NOSOTROS, ¿PARA QUÉ LAS LEYES?


Fernando Suazo
Desde Guatemala

Cuando el emperador alquilado de los USA y premio Nóbel de la paz exclamó “¡se hizo justicia!”, se asustó un mi amigo oligarca guatemalteco. Dijo: ¿qué tal si en el mundo y, concretamente en Guatemala, los sobrevivientes de racismos y genocidios, explotaciones y burlas de finqueros, industriales, agentes de corporaciones y funcionarios del Estado, aprenden la lección y optan por hacer justicia de la misma manera? ¿Qué tal si las mayorías siempre agredidas y sometidas incurren en ese daltonismo de confundir venganza con justicia? ¿Qué tal si, además, meten a un Dios justiciero en el asunto y lo ponen de su lado para borrar de la faz de la tierra a los malos?

¿O acaso la cólera justifica saltarse las trancas del derecho internacional y de la ética más simple? Sea como sea, yo sé que Osama, perdón Obama, al decir esas solemnes palabras no estaba tan afectado por la cólera cuanto por la necesidad de sacar adelante la estrategia que los halcones le dictan. Le habrán dicho, me imagino: te conviene a ti y nos conviene a nosotros. A ti, para que recuperes la popularidad que has venido perdiendo, y a nosotros, para poner nuevo combustible al fuego de la –inmensamente lucrativa- guerra contra el terrorismo (ahora le toca a Gadafi). Nos es más útil Bin Laden mártir que vivo. La cólera sirve para exhibirla ante las cámaras y que la gente se encienda. Por eso me inclino a pensar que el emperador de alquiler fingía fríamente cólera en su discurso ante las cámaras. Fingía cólera y anunciaba lo que secretamente esperan los halcones: que la muerte de Bin Laden acrecentará el odio de los islamistas radicales, y bla, bla, bla.

A la gente no se le descubren las estrategias, sino que se le provocan emociones. A puras emociones nos quieren convencer los muñecos presidenciables que desfilan histriónicamente ante los medios en Guatemala. Detrás de ellos no hay pueblo, y por eso tratan de ganarlo calentando sentimientos. Detrás de ellos hay financistas secretos (violando cínicamente el Reglamento de control y fiscalización establecido en la Ley de Electoral y de Partidos políticos) que ya han hecho cambalaches con sus políticos testaferros. Estas estrategias del clan oligárquico, de los advenedizos que aspiran a serlo y de las compañías transnacionales no se dicen. Las estrategias son para los estrategas; para la masa, las emociones.

Eso sí, emociones bien controladas, es decir, desinformadas. Por ejemplo nos despliegan en la prensa las dimensiones dramáticas del hambre en nuestro país (Prensa Libre a seis columnas: “Estamos peor que África”, 8/05/11), pero cuando los campesinos, desesperados por tanta burla estatal, realizan bloqueos para reclamar que la Ley de Desarrollo Rural (más de diez años perdida en las gavetas del congreso) por fin sea aprobada, entonces la prensa sólo presenta testimonios de gente enojada por sufrir las consecuencias de las tapadas. Subliminalmente nos dicen: ¿lo ven? La propia gente rechaza a esos campesinos bochincheros; no hace falta destapar a los verdaderos culpables, los diputados y los terratenientes que obstruyen esa ley.

Y lo mismo cabe decir de otras justas protestas de campesinos que se han visto forzados a salir a las carreteras a expresar su queja contra mineras, mega hidroeléctricas y desalojos o contra esa trampa racista del reglamento de las consultas comunitarias (¿cómo es que los que se dedican a defender a corporaciones invasoras se sacan del tacuche manga un reglamento para regular el derecho que las comunidades tienen a realizar y exigir respeto a sus consultas? ¿Qué tal si hubiera sido al revés, que éstas hubieran redactado un reglamento para regular la concesión de licencias de exploración y explotación a las compañías transnacionales?).

Para manejar más profundamente las emociones es muy útil recurrir a los sentimientos pseudo religiosos. La lucha del Bien contra el Mal. Osama, perdón, Obama lo dijo: Dios está con nosotros en esta guerra contra el eje del mal. Tener a Dios de este lado, es la franquicia para saltarnos la ley. Ni siquiera tenemos que responder ante los tribunales. Dejamos libre al buen terrorista Posada Carriles y a este terrorista malo le recitamos unos versos del Corán en alta mar (para provocar todavía más rabia en Al Qaeda), y lo arrojamos al abismo. Juicio sumario, instantáneo.

Esto recuerda la historia de otro jerarca al que una iglesia que anda perdida en afanes nada evangélicos ha declarado “súbito beato”, saltándose las trancas legales que ella misma tiene establecidas. Curiosa coincidencia se ha dado en estos días: con grande y súbito despliegue mediático se ha declarado beato a Juan Pablo II y maldito al otro, Bin Laden. Arquetipos del bien y del mal que los jefes del imperio y del templo, fácilmente de acuerdo, levantan para consumo de masas. Súbitamente, porque al dios de ellos le impacientan las leyes. Así hicieron cuando el actual beato, Juan Pablo II, declaró santo al español marqués de Peralta, Josemaría Escrivá de Balaguer, fundador del instituto católico Opus Dei (la “santa mafia”, le dicen). Ahora, mientras los cortesanos del Opus Dei le devuelven el favor al papa Wojtyla, otro obispo, nuestro querido Óscar Romero, quien, por escuchar a la gente, se metió a problemas con los militares lacayos de USA, no encuentra quien le declare beato.

Es peligroso cuando la gente se inventa dioses de bolsillo, porque entonces todo vale, nada sirven la Ética y el Derecho.

2 comentarios:

Folía dijo...

Si en Guatemala, país ignorado para los medios de comunicación e inexistente para la mayoría del personal, pasa lo mismo que en Estados Unidos, omnipresente en todos los aspectos de nuestra vida; si también en el Vaticano el poder se comporta de la misma manera; si en todos los sitios es igual; si manipulan nuestra opinión y a nosotros mismos a las claras y a escondidas ¿qué hacemos? ¿cómo salimos del laberinto? En pocos días hay elecciones y se ve clarito que a los de a pie nos va dar lo mismo.

Anónimo dijo...

La perspectiva global que observa el artículo es lo más sabio en tiempos en que lod dictadores dinerarios explotan globalmente a la humanidad.

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