sábado, 14 de mayo de 2011

EL VOTO DE CINCO MILLONES DE PARADOS


Félix Población

Es de presumir que sea mínimo, por no decir nulo, el ánimo electoral que estos días se respire en las casas de ese millón y pico de familias españolas con todos sus miembros en el paro. Que muy pocos, por no decir ninguno de los casi cinco millones de ciudadanos que ahora mismo no tienen trabajo, hayan asistido a uno cualquiera de los mítines celebrados en este país durante la campaña electoral en curso. Supongo que el lector estará conmigo si afirmo que es improbable que cualquiera de esos jóvenes desempleados que integran el 43 por ciento de la población, pueda haber asistido a un acto en el que los señores Rajoy o Zapatero encuentran el aplauso de sus fieles porque solo entre este tipo de audiencia militante pueden encontrar calurosa acogida sus promesas.

Por si no tuvieron noticia de ello en su día, me parece oportuno comentar -con vistas sobre todo a esa generación perdida con la que ayer nos alertaba el FMI- las palabras pronunciadas por Cayo Laya la semana pasada en un mitin celebrado en Zaragoza y que quizá, por el descreimiento y distanciamiento político que suele afectar a la mayoría de los desempleados, muchos de ellos no habrán tenido quizá la oportunidad de leer y recapacitar.

Planteó el coordinador general de Izquierda Unida una pregunta muy inteligente, aludiendo a esos casi cinco millones de parados que el próximo día 22 tienen como todos los ciudadanos el derecho al voto y que quizá por hartazgo y/o escepticismo no acudan a las urnas: ¿Pueden perder más apoyándonos?, dijo Lara. Y en verdad que esa interrogante constituye, aquí y ahora, una de la frases más lúcidas pronunciadas por un dirigente político con relación a ese sector creciente y más desfavorecido de nuestra sociedad.

A la derecha de Izquierda Unida, de poco puede valer para los parados de España que ZP saque ahora pecho de hojalata -en palabras de Lara- por sus políticas sociales, porque es él quien ha puesto a España de rodillas ante la dictadura financiera de los mercados, que de modo tan directo ha repercutido en el malestar social de esos cinco millones de conciudadanos. Es muy posible que con el Partido Popular en el Gobierno esa política no hubiera sido muy diferente.

Me gustaría saber, e invitaría a las empresas demoscópicas a que lo sondearan, cuál va a ser la participación electoral de la población desempleada de España el próximo día 22. Casi cinco millones de votos son muchos votos para que no cuenten en política, sobre todo por pertenecer a las víctimas de una política que no ha dejado de incrementar esa cuenta. A todos los que están en esas circunstancias no les debería ser indiferente el planteamiento que les ha hecho Cayo Lara.

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