sábado, 26 de marzo de 2011
EL NIÑO DEL GUETO DE VARSOVIA Y GAZA*
Félix Población
Comprendo al profesor Dan Porat, de la Universidad Hebrea de Jerusalén, especialista en la Shoa, más conocida entre nosotros como Holocausto. La imagen del niño de gueto de Varsovia, una de las mayores concentraciones de judíos polacos que luego serán internados en los campos de exterminio nazis, fue para él una obsesión.
Personalmente, sin llegar a tanto, esta fotografía siempre me impactó. Sobrecoge saber el destino que aguarda a los detenidos, ajenos quizá a tal posibilidad, si bien en el rostro del pequeño sí se dibuja con más definición un atisbo de temor.
Hace siete años, el citado profesor israelí escuchó al guía del Yad Ashem, el lugar donde se honra en Jerusalén a las víctimas de aquella barbarie, que el niño del gueto sobrevivió y llegó a ser médico en Nueva York, desde donde luego regresó a Israel, un año antes de escuchar Dan Porat esta versión. Casi de inmediato, el profesor se puso a investigar y el resultado pronto lo tendremos en un libro, de próxima aparición en España: El niño: una historia del Holocausto.
Los afanes del autor no han conseguido dilucidar la identidad del protagonista. Sin embargo, el hecho de que muchos de los que lograron salir con vida de aquel genocidio se hayan identificado con la imagen -hasta el punto de creer ser el niño- denota el grado de incidencia que en la memoria colectiva dejó aquel aciago periodo de persecución y muerte.
La imagen ha llegado a nosotros gracias posiblemente a Franz Konrad, un oficial nazi al que se le conocía por el rey del gueto y cuyo trabajo como fotógrafo quedó registrado en el llamado Informe Stroop. Jürgen Stroop fue el oficial que dio las órdenes de destruir el gueto e incendiarlo después.
La destrucción a sangre y fuego del gueto de Varsovia me recuerda la operación Plomo fundido contra la franja de Gaza de hace algo más de dos años. En cuanto al niño, cada vez que lo veo encañonado y en marcha hacia un destino que va a comportar la miseria y la muerte de mucho otros, contabilizo los casi 1500 niños palestinos que han perdido la vida bajo las armas de las fuerzas de ocupación israelíes desde la primera intifada (1987).
Esas memorias, de unos y otros, deberían identificarnos a todos con sus víctimas para que no se reprodujeran nunca más.
*Artículo publicdo en el diario El Adelanto.
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