lunes, 7 de febrero de 2011

¿SE IRÁ MUBARAK CON 52.000 MILLONES DE EUROS?


Félix Población

Gamal Mubarak, el hijo del dictador Hosni Mubarak, habría sido el sucesor de su padre si un 18 de enero cuatro ciudadanos egipcios no se hubieran quemado a lo bonzo, en otras tantas ciudades del país, a imitación del joven vendedor ambulante tunecino que lo hizo en el suyo. Es muy probable que a los Mubarak no se les hubiera pasado por la cabeza que esos hechos iban a comportar la caída de su régimen. Todo parece indicar, sin embargo, que más tarde o más temprano el anciano presidente deberá dejar paso a una nueva etapa en la historia de Egipto, con la consiguiente repercusión en el ámbito geopolítico que ese cambio va a suponer.

Por controlada que resulte la deriva del proceso revolucionario, no será todo como antes en aquel país. Estados Unidos pretende que Omar Suleimán, nuevo vicepresidente, custodie una transición en calma, haga una reforma constitucional y ponga en marcha unas elecciones libres en el plazo más breve posible. Hillary Clinton reconoce que el actual statu quo es insostenible y que los regímenes árabes deben avanzar hacia la democracia, por distante que pueda resultarles ahora a algunos líderes lo que ha sucedido en Túnez y Egipto. Una tormenta perfecta se está abatiendo sobre Oriente Próximo, dijo, y son necesarios pasos sistemáticos para satisfacer las aspiraciones de los pueblos.

Leyendo estas declaraciones se tiene la impresión de que al Estado guardián más poderoso del planeta, el mismo que apuntaló la dictadura de Mubarak durante casi treinta años a base de una ayuda militar calculada en 40.000 millones de dólares, le han podido cuatro jóvenes desempleados que al quemar públicamente sus vidas desencadenaron toda esa oleada de protestas. Sin esos hechos puntuales, que podrían haber sido insignificantes si el clima de represión, corrupción y carencia de libertades no fuera tan insostenible en el país, la actitud de Estados Unidos no hubiera sido la que hoy es y su secretaria de Estado expone.

Me gustaría creer que todo lo que está ocurriendo en Egipto derivará en una mejora de la condiciones de vida de sus ciudadanos. Para que eso fuera más creíble sería oportuno saber si quien detentó el poder durante casi tres décadas va a responder ante la justicia del patrimonio acumulado por su familia a lo largo de su mandato oligárquico-militar.

Gracias a la generosa ayuda de 40.000 millones de dólares a cuenta del Estado que ahora nos habla de la necesidad de un porvenir democrático en Egipto, el dictador sumó 70.000 (52.000 millones de euros). Un expolio de tal magnitud no debería volar con Mubarak cuando otro sátrapa de oriente -de los que se creen por ahora libres de la tormenta que vaticina Hillary Clinton- lo aloje en un confortable exilio al estilo del que disfruta su colega tunecino Ben Alí.

+@Estados Unidos sigue en Egipto su libreto habitual (Noam Chomsky).

+@El hijo de Mubarak llega a Londres con 97 maletas.

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