Félix Población
Los resultados de las elecciones autonómicas en Cataluña han coincidido casi con la publicación de una colección de más de 250.000 documentos secretos del Departamento de Estado de Estados Unidos, filtrados por la página digital Wikileaks, en la que el ciudadano medio de este planeta tiene un cabal conocimiento del oscuro tinglado de la farsa que mueve las relaciones internacionales norteamericanas.
El balance de las elecciones catalanes ha supuesto una importante victoria de la derecha nacionalista representada por CIU, que no llega a la mayoría absoluta, y una derrota mayúscula de dos de los partidos que conformaron el tripartito al frente del gobierno de la Generalitat, ERC y PSC. Los socialistas catalanes pierden 9 escaños y Esquerra Republicana 11. Como el Partido Popular gana 4, sus dirigentes se han apresurado a comentar que su avance en Cataluña es un adelanto de lo que ocurrirá en las elecciones generales en España.
Todo parece, por lo tanto, visto para sentencia cuando sobre el papel aún quedan por medio unos comicios municipales que posiblemente también contribuyan a configurar el retorno de la derecha al Gobierno de la nación. No será, como no lo fue en Cataluña, por méritos propios, sino por deméritos de los gobernantes, añadidos al hecho de tener que enfrentarse a una crisis económica que siempre menoscaba al partido o partidos en el poder.
Leemos en los documentos secretos del Departamento de Estado norteamericano que hoy son noticia que el acceso de Rodríguez Zapatero a La Moncloa se debió a una mala gestión del atentado del 11-M por parte del PP, lo que aquí llamamos mentiras. Se dice también de ZP que es un líder con pretensiones propias de una izquierda trasnochada y romántica y un político cortoplacista que supedita los intereses comunes al cálculo electoral.
A la vista de lo contado en los informes, desde que Zapatero tuvo el atrevimiento de sacar las tropas españolas de Irak, las presiones y amenazas ejercidas por Estados Unidos sobre personas con poder en España fueron manifiestas. En unos casos, según el diario El País, se plantearon en reuniones distendidas, pero en otros fueron directas y duras, con informes demoledores sobre personalidades del Estado.
La última presión recibida por ZP la tuvo el sábado en La Moncloa a instancias del rey, según cuenta hoy El Confidencial Digital. Allí no faltaron directivos, de las 37 grandes empresas españolas que suman 45.000 millones de euros de beneficios, que apremiaron al Presidente a verificar nuevos ajustes sin tocar sus rentas. Los ajustes, hasta ahora, han sido un atentado contra el bolsillo de la mayoría de la población, por lo que se podría pensar que no se puede mentir a esa mayoría si se quiere mantener su voto. También se puede pensar que ese voto no vale nada en ningún caso porque la plutocracia gobierna el mundo desde el Departamento de Estado USA.
+Comprar la paz de los mercados: el pésimo negocio de Zapatero.
1 comentario:
¿Y qué hacemos los que vamos a pie, que además de vernos engañados por los políticos y robados por los ricos sabemos, impotentes, lo que nos espera?
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