miércoles, 27 de octubre de 2010

¿Y UNA MINISERIE SOBRE JUAN CARLOS Y SOFÍA?


Lazarillo

Este Lazarillo tiene el buen gusto de haber intentado ver sin conseguirlo varias de las miniseries televisivas sobre determinados hechos reales que la historia contemporánea o la actualidad periodística hicieron especialmente noticiosos en los últimos años. Se trata, en todos los casos que he podido comprobar como televidente, de productos fallidos, incapaces de seducir a un espectador medianamente exigente, tanto por la elementalidad y simpleza de los guiones como por el mediocre, convencional y apresurado trabajo interpretativo de los actores.

El atrevimiento de Tele 5 de llevar a la pequeña pantalla el romance de los Príncipes de Asturias, cuya segunda parte se ofrecerá esta noche después de que la primera alentara una oleada de republicanismo visceral en las redes sociales, tenía todas las papeletas para que se convirtiera precisamente en esto último.

No se puede concebir en serio un guión con esa pareja protagonista, idealizada hasta el melindre según prescribe el tratamiento laudatorio que los medios tributan en este país a la institución monárquica, sin correr el riesgo de que las más jóvenes generaciones -llamadas a soportar al nuevo soberano- se defiendan de tal pastiche y contraataquen de modo feraz con el aluvión crítico de sus comentarios.

Algunos califican el producto como miniserie de humor, sólo superable por la que tuviera por protagonista a la duquesa de Alba y su latin lover (todo se andará), y otros creen que el guión original podría haber sido obra de Iñaki Anasagasti -cuya animadversión hacia la Corona es manifiesta-, para así favorecer entre la ciudadanía la creciente añoranza republicana. En este sentido se expresaba alguna de las apostillas, sugiriendo que después de los amores de Felipe y Letizia, algún otro canal privado o público se atreva con el romance de Juan Carlos y Sofía.

De seguro que una producción con esos protagonistas, gestada con el mismo servilismo encomiástico e igual simpleza argumental que la de los Príncipes, sería muy favorable para la causa tricolor en nuestros días. Sobre todo porque no podría eludir lo que está grabado en nuestra Memoria Histórica. La monarquía que tenemos la dispuso e impuso Franco, por lo que éste tendría en la historia televisiva un papel protagónico que la historia de la democracia le niega como dictador.

1 comentario:

Ledes dijo...

El equivalente de estas serie son las revistas rosas, sólo están para uso del sector más aborregado de la población. La TELE y la basura son casi sinónimos en este país.

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