jueves, 26 de agosto de 2010

MINEROS DE CHILE, PESCADORES DE GALICIA


Félix Población

Los 33 mineros atrapados bajo tierra en una mina del norte de Chile ignoran que deberán permanecer así algunos meses. El presidente del país, el multimillonario Sebastián Piñera, ha vaticinado que el rescate bien podría culminarse en Navidad. Estamos seguros de que si se diera la coincidencia con esa fecha, no la desaprovecharía el primer mandatario para emplearse política y mediáticamente tan a fondo o más que cuando se tuvo noticia de que los trabajadores seguían con vida. (Ver vídeo en Breviario).

Desde hace tres años se sabe que el yacimiento de San José, donde tuvo lugar el derrumbe y se extrae cobre y oro desde 1889, corría este tipo de riesgos. La mina se cerró porque la empresa no cumplía con los requisitos para facilitar la evacuación de los operarios. El caso es que la explotación se volvió a abrir y el accidente que ha dejado enterrados a 33 trabajadores ha permitido descubrir que ninguno de ellos estaba asegurado. El gerente general de la mina ha dicho que el cierre del yacimiento en 2007 había menguado las finanzas de la empresa y por eso no se había podido pagar el seguro a los obreros.

El hundimiento del Prestige hace ocho años enlodó con 67.000 toneladas de fuel las hermosas costas de Galicia después de una pésima gestión del accidente por parte del Gobierno, presidido por José María Aznar y bajo la vicepresidencia de Mariano Rajoy, candidato actual a La Moncloa. En las labores de limpieza del litoral trabajaron 300.000 personas, entre las que figuraban los pescadores gallegos, obligados a cesar en sus habituales tareas a causa de la contaminación del chapapote. Se trataba de un trabajo bien pagado, 35 euros la hora, del que acabamos de saber ahora las consecuencias a través de un informe publicado en Annals of Internal Medicine.

Nadie les previno entonces a los pescadores que aquella labor, a la se alistaron por obligada necesidad para sustituir a la que por oficio les da la vida, podía lesionar su hígado o sus pulmones, afectar a su ADN y tener más riesgos de padecer leucemia o cáncer. Cuentan quienes se embarcaron en esa temeraria tarea, verificada sin las suficientes medidas de seguridad, que el hedor del petróleo impregnó su respiración durante todas aquellas duras y negras jornadas a lo largo de seis meses.

En febrero de este año, el presidente de la Xunta de Galicia -gobernada ahora por el Partido Popular- prologó un estudio, escrito por un profesor de la Universidad de Santiago y diputado autonómico del PP, en el que se niegan los efectos económicos, medioambientales o sobre la salud como consecuencia del hundimiento del Prestige.

No sé qué dirá el multimillonario Piñera en Chile cuando sean rescatados los mineros y haga campaña con sus vidas, pero aquí tenemos que soportar a una dirigente del partido + que conservador llamada Lola de Cospedad que dice que el suyo es el partido de los trabajadores.

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