MISOGINIA Y GERONTOCRACIA EN LA DERECHA

Félix Población

Es muy fácil dejarse llevar por la demagogia y afirmar, como hace la dirigencia del PP, que con la supresión de un par de ministerios se puede paliar la incidencia de la crisis en España. Siempre que el Partido Popular o sus medios afines se refieren a esta cuestión, el primer ministerio que sufre sus acometidas es el de Igualdad, presidido por Bibiana Aído, a quien desde su nombramiento le llovieron los más duros ataques que jamás haya recibido alguien nada más hacerse cargo de su departamento.

Todos recordamos los rancios y vergonzosos denuestos que renombrados columnistas del periodismo ultramontano dispensaron a la joven ministra, incluso antes de pronunciarse sobre cualquiera de las tareas propias de su nuevo ministerio. Bastó, por lo tanto, que Aído formulara sus primeras declaraciones -no siempre acertadas-, para que políticos del PP y articulistas de la reacción coincidieran en formular una serie de improperios y descalificaciones totalmente improcedentes por su causticidad y desmesura.

Como no podía ser de otro modo, la alusión a ese tipo de crítica afloró ayer en la interesante entrevista con la ministra que publicó el diario El País , donde Bibiana Aído afirmó que el ahorro en los Presupuestos Generales del Estado con la supresión de su ministerio sólo sería de 78 millones, un 0,0029 por ciento del total. Se le preguntó a la ministra si esas críticas se basan en cuestiones ideológicas o de género y Aído fue muy clara: Llegan desde la derecha. Aquí se da la unión de misoginia y gerontocracia, que puede ser una bomba letal (...). Cuando escucho las barbaridades que dicen, pienso que si las cosas se interpretan así, si todo es manipulable, nos queda un largo camino que recorrer. A veces pienso que hay un avatar de Bibiana Aído que dice cosas que yo no he dicho nunca y que hace cosas que yo no he hecho nunca.

Eso viene ocurriendo con la más joven titular de un ministerio en la historia de nuestro país, con un nuevo ministerio como el de Igualdad que preside una mujer que procede de un pueblo del sur -tal como Aído también señaló en la interviú-, por lo que es muy probable que esa misoginia, y gerontocracia de la derecha clasista a la que la ministra se refiere esté más enraizada de lo que parece en el conservadurismo patrio.

No se emplearían esos argumentos por parte de quienes están a la cabeza de un partido y suscriben destacadas columnas de opinión en los periódicos, si unos y otros no supieran que todavía tienen acogida y son respaldados en amplios sectores de la sociedad para lo que la Igualdad suena a cuento y la consideran un despilfarro. Tiene razón la ministra, por lo tanto, cuando dice que queda un largo camino por recorrer.