viernes, 25 de junio de 2010

NI EN EL CONGRESO NI EN LA TAPIA DE LA ALMUDENA


Félix Población

Hace unos días se celebró un acto en memoria de los 3.000 republicanos fusilados por Franco ante la tapia del cementerio de La Almudena de Madrid, al que no acudió ningún representante del Gobierno que aprobó la Ley de Memoria Histórica. Se leyeron allí los nombres de la mitad de las víctimas, pero nadie del Gobierno quiso escucharlos, más sordo que la tapia donde todavía consta la huella de los disparos, como si la sensibilidad de la piedra fuera mayor que la de los gobernantes.

El acto lo convocó la Plataforma contra la Impunidad y contó sólo con la presencia de un parlamentario, Gaspar Llamazares, que volvió a repetir lo que las voces de esos nombres exigen a un Estado democrático, más de treinta años después de su constitución: que el Estado exhume las víctimas enterradas sin seña en las fosas del olvido y que se declaren nulos los juicios sumarísimos aplicados por el franquismo.

Anteayer, la Plataforma contra Impunidad intentó reproducir en una de las salas del Congreso de los Diputados un vídeo en memoria de los represaliados por el franquismo, al que pusieron voz una serie de artistas, pero la Mesa del Congreso -con los votos del PP (4) y el PSOE (3)- denegó la autorización pertinente para tal acto.

Alguien de esa Mesa alegó que la Cámara no se podía convertir en un Palacio de Congresos, como si el recuerdo de las víctimas de la dictadura fuera equiparable al de una feria o festival. Sería deseable que quien así pretendió justificar la prohibición no fuera del Partido Socialista, porque ¿con qué coherencia se puede decir eso cuando recientemente el PSOE celebró con un vídeo en el mismo escenario el centenario del escaño parlamentario conseguido por Pablo Iglesias?

El escaño de Pablo Iglesias dio inicio a los escaños que luego obtendría el Partido Socialista en las sucesivas convocatorias electorales, hasta que Franco acabó con las ideas y la palabra que sustentaban la democracia republicana. Esos escaños se deben a la voz libre de una parte de esos represaliados por la dictadura que permanecen enterrados sin nombre y a los que el Gobierno se niega a escuchar en las tapias de los cementerios y en las salas del Congreso.

¿Cómo se puede reivindicar la memoria de Pablo Iglesias haciendo leyes que no cumplen con la memoria y dignidad debidas a quienes por seguir a Pablo Iglesias y su partido fueron víctimas impunes de la represión franquista?

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