martes, 16 de febrero de 2010
CARTA DE UN FIGURANTE DE “CELDA 211”
Lazarillo
Es indudable que con Alex de la Iglesia al frente de la Academia del Cine, el cine español ha recobrado buenas expectativas. Desde hace siete años no se registraba una recaudación en taquilla como la de 2009, gracias sobre todo a películas tan notables como Ágora y Celda 211. La reciente ceremonia de entrega de los Premios Goya vino a ser un magnífico colofón a tan alentador panorama. El espectáculo, conducido de modo muy ágil y decidor por Andreu Buenafuente, satisfizo por una vez a la crítica y a la audiencia de modo mayoritario.
También estuvo muy acertado el propio Alex de la Iglesia con su discurso, del que son de resaltar estas frases: Tenemos que ser humildes, estar agradecidos y pedir perdón por haber fallado muchas veces; nunca reconocemos nuestros errores. O estas otras, sobre todo: Creemos que somos artistas, genios alternativos, creadores. Antes de todo eso, somos trabajadores. Porque es así, y porque hasta el director de Celda 211, Daniel Monzón, se acordó en su breve alocución -tras recibir el Goya- de agradecer su colaboración a los figurantes de Valladolid, Zamora y Salamanca que intervinieron en el film, no me resisto a citar algunos párrafos de la carta del figurante Salvador García Mateos, residente en Salamanca, que quizá no vea la luz en ningún periódico, pese a defender, ante todo, sus derechos como trabajador del cine:
"Me enteré que había un casting en Salamanca para una película que se iba a rodar en Zamora. Buscaban actores y me dije: no tengo nada que perder pues no tengo trabajo y me presenté en la oficina que habían habilitado en la plaza mayor de Salamanca con un breve curriculum en materia de interpretación. Ciertamente hubo buena disposición entre las partes y aseguraron que estaban buscando a actores con disponibilidad durante un mes de rodaje. Hice mis cuentas y me salía hasta un sueldo cobrando 20 euros al día unas 12 horas de trabajo. Nos convocaron en la plaza Barcelona de Salamanca sobre las 5 de la mañana, para salir en autobús hacia Zamora. Durante el recorrido nos hicieron firmar un papelito en el que la productora se eximía de responsabilidad por cualquier accidente durante el rodaje, pues habría escenas peligrosas... Entre el sueño y el desconcierto planté la firma, luego me arrepentiría. Nos adjudicaron la ropa y nos vestimos, después vino alguien de producción y nos avisó de que íbamos a rodar un motín que era una escena peligrosa y que lo hiciéramos a la primera, pues en el cine hay mucho gasto económico y eso podía repercutir en nuestro sueldo. Empezamos bien.
Y tan bien empezamos que el motín no fue un truco, fue de verdad pues la gente se puso como loca a tirarse cosas y me arrearon una solemne hostia en el pie derecho que tuve que ser atendido por Cruz Roja. En enfermería me percaté de que no era el único herido y los había hasta con quemaduras. A mi me dijo la enfermera que era mejor que estuviera en reposo y por eso ya no volví a rodar esa escena. Después nos dieron para comer un bocadillo y nos echaron la bronca por que había habido muchos heridos y hasta pudo haber un muerto pues tiraron una estantería metálica desde un primer piso. Nos explicaron que en el cine todo es mentira y que no podíamos trabajar así, estaban indignados con nuestra profesionalidad. Luego me enteré que tan sólo había tres actores especialistas en efectos especiales, el resto éramos carne de cañón. Ya me empecé a mosquear y para colmo también se corrió la voz de que los "blancos" íbamos a cobrar 20€, los "sudacas" 30€ y los "negratas" 40€. Empezó a haber mal royo en seguida y se establecieron los guetos al estilo más americano.
Yo me quedé en tierra de nadie, increpando a mis compañeros que lo que había que hacer era negociar con ellos un precio fijo para todos y no que nos enfrentáramos entre nosotros por un color de piel y un precio de esclavo. Hubo un motín de verdad y se paró el rodaje durante varias horas. Nos encerramos en el patio donde nos daban de comer y les exigíamos mejoras en la comida, un trato normal y un sueldo digno. Vino gente de producción a convencernos de que debíamos seguir con el rodaje en beneficio de todos, pero como todos no éramos uno, hubo quien se vendió con cuenta gotas hasta que el motín se disolvió por sí mismo. Pero al día siguiente todo seguía igual, el racismo económico seguía en el aire y la gente se miraba con mala hostia. A mí se me ocurrió llamar al sindicato de figurantes y a la productora le escribieron una carta haciéndoles entender que había una serie de derechos y deberes para con los trabajadores. Mientras tanto empezaron a salir un motón de chivatos que me apuntaban con el dedo a escondidillas de que yo era el causante de todos los males. No tardaron en apartarme a una de las celdas de la cárcel y amenazarme, pues ellos eran los productores y yo sólo un figurante de mierda con derecho a callarme la puta boca. Al salir de la celda, que no era la 211 sino una que no tenía ni número, un compañero de rodaje me preguntó qué era lo que me había pasado y al acercarme a él, vino el jefe de producción me agarró por el brazo, me llevó a la sala central de la cárcel y allí me gritó: “Así que tú eres el enlace sindical. ¡Me tienes hasta los cojones!” Me quedé sin palabras, y lo peor estaba aún por venir cuando llegó otra tía que me volvió a dar voces y me gritó que estaba fuera del rodaje, que era un niñato y que me fuera a Salamanca andado si quería... Y efectivamente, el viaje de vuelta me lo tuve que pagar yo".
7 comentarios:
¿Qué habrá debajo de las alfombras (verde en esta caso)?
Esta carta, donde se explica el desprecio a los derechos ajenos de los cineastas consagrados y subvencionados, no vería la luz si no fuera por la impagable labor de periodismo ciudadano que realizas.
Y, sin embargo, cuánta falta hace para comprender la deshumanización que subyace en nuestra sociedad del espectáculo.
Gracias por tu labor.
Como siempre que recibo tus mensajes de apoyo, gato, los agradezco y me sirven para seguir. Gracias de verdad.
Gracias por publicar mi relato, me interesa la difusión por los motivos y la lucha sindical de la que todos somos responsables y partícipes día a día como el Día-rio del Aire.
Salud
Hola:
Salvador y Lazarillo, con vuestro permiso también reproduzco la carta en mi blog
Hola Lazarillo
He modificado la entrada en mi blog citando la fuente.
Ok por el toque
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