lunes, 15 de febrero de 2010

EL LOOK DE RAJOY Y LA IMAGEN DE ESPAÑA


Félix Población

Decía ayer en su columna Antonio Orejudo lo que sigue y es verdad incuestionable: Qué desgracia la nuestra tener que elegir entre quien ha demostrado no tener preparación para dirigir un país y un tipo mediocre, más preocupado por salvar su culo que por arrimar el hombro. El uno, dispuesto a resistir así se hunda el mundo, quiere rentabilizar en solitario la victoria contra los mercados y no está dispuesto a ceder un ápice de gloria. Y el otro no está dispuesto a colaborar en nada, faltaría más: sabe que el fin de la crisis económica es el fin de su carrera política. Obviamente, se refería Antonio al vigente Presidente del Gobierno, Rodríguez Zapatero, y al que será por tercera vez aspirante a La Moncloa, Mariano Rajoy, a pesar de que su figura no inspira confianza al 76 por ciento de los ciudadanos, según una reciente encuesta del CIS.

Por esto ultimo, y dado que crece la expectativa de que el Partido Popular sea el ganador en los próximos y aún distantes comicios, no faltan los que postulan que para reafirmar esa tendencia y llegar a creer incluso en una victoria del PP por mayoría, sería imprescindible un cambio de look en la persona de don Mariano. Que la iniciativa haya partido de un periódico tan circunspecto como ABC da idea del valor que se le concede a la imagen, como si el monocorde, insustancial y nada estimulante discurso de Rajoy -reiteradamente carente de alternativas- pudiera maquillarse con unos cuantos retoques de su estampa.

Convocó el diario monárquico a siete expertos, siete, para llegar a la conclusión del nocivo contraste entre el cabello teñido de don Mariano y su nívea barba, como si Rajoy llevara sobre su cabeza un peluquín a juego con sus cejas, también teñidas. Los especialistas también son partidarios de una modificación en el corte de pelo que evite los caracolillos de la nuca y el trazado de autovía de la raya que parte la cabeza en dos mitades. Igualmente, como ya se proyectó en su día en otro estudio de imagen renovador, algunos de los expertos se inclinaron porque don Mariano se rasure la barba y elimine definitivamente las gafas, acaso porque ningún candidato a la Presidencia del Gobierno llegó a La Moncloa con lentes en su cartel electoral.

Una vez leído lo anterior, y por proceder la información de un diario como ABC -tan dado a ofrecer de sí mismo una imagen de seriedad- se me hace todavía más desolador el punto de vista esgrimido por Orejudo en su artículo de ayer domingo. Está España sumida en una grave crisis económica -con más de cuatro millones de parados-, no hay ninguna posibilidad de enfrentarse a ella con un gobierno de coalición en la que gobierno y oposición dejen atrás sus miserables empeños por el poder -tal como recomendó el rey en su últimos discurso-, y el periódico monárquico promueve en sus páginas un cambio de look de Mariano Rajoy como lo más recomendable para que el Partido Popular barra en las próximas elecciones.

Además de un alarde de frivolidad impropio de las adversas circunstancias por las que pasa el país, sería más bien contraproducente que se diera ese cambio de imagen, y hasta creo que sólo haría crecer la desconfianza de los ciudadanos en don Mariano. Desgraciadamente, el problema de España al día de hoy no reside que Rajoy se tiña el cabello y las cejas, rasure su barba o se quite las gafas. El problema es que tanto él como su adversario han dejado morir hasta más del 70 por ciento las expectativas de confianza del electorado. Esa es la imagen que hay que cambiar, y no es cuestión de tinte.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Las imágenes de ZP y Rajoy están gastadas y la paciencia de los ciudadanos, también. Para que este país mejore la izquierda debe pactar como en Cataluña.

Anónimo dijo...

¡S.O.S, S.O.S, LISTAS ABIERTAS YA! FUERA MEDIOCREIDADES. VOTAR CON LA NARIZ TAPADA NUNCA. LAS CRISIS TIENEN QUE SERVIR PARA ALGO. NO PARA QUE ALGO CAMBIE Y TODO SIGUA IGUAL. LISTAS DESBLOQUEADAS Y NUEVA LEY GENERAL ELECTORAL, YA.

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