viernes, 15 de enero de 2010

EN HAITÍ LLAMAN A JESÚS Y EL OBISPO MUNILLA NO RESPONDE


Félix Población


Pocas veces hemos asistido a través de los noticiarios de televisión a imágenes tan duras como las que nos están llegando de las catastróficas consecuencias del terremoto de Haití. Quizá porque la información se está haciendo cada vez más descarnada. Hay que ser muy tarugo para no conmoverse con tanta desgracia agolpada en un fugaz barrido de cámara. Los titulares de los periódicos nos ofrecen hoy referencias tan dramáticas como las de los gritos de las personas que todavía están sepultadas bajo los escombros y el olor a muerte que llena el aire:

En las calles se hacen pilas con los muertos. Camino por encima de cuerpos sin vida, dice la esposa del presidente del país. Esto es mucho peor que un huracán. No hay agua. No hay nada. La gente se va a morir de sed, comenta un sanitario. El cronista de la BBC habla de un hombre que llora señalando a su hija con las dos piernas rotas mientras cuenta que su otra hija ha muerto. Miles de cadáveres yacen tirados en las esquinas de Puerto Príncipe -cuenta el corresponsal de Público- a la espera de ser recogidos por los vivos que deambulan por las calles de un infierno peor que el de Dante.

El recién nombrado obispo de San Sebastían, José Ignacio Munilla, habrá tenido también oportunidad de conmoverse con las noticias que nos llegan del pais más pobre de América. Sin embargo, en lugar de centrarse en ese sentimiento a la hora de comentar públicamente los hechos, ha querido darles la razón a los curas guipuzcoanos que en su gran mayoría se han manifestado en contra de su nombramiento.

En esta ocasión, sin embargo, monseñor Munilla, no ha pecado con sus declaraciones de no ser nacionalista a la vascuence, según estimaban sus empleados. Sólo se ha limitado a extremar su conservadurismo a lo Rouco con un derroche de desfachatez que hace de monseñor una absoluta incoherencia en la iglesia de Cristo, si es que algo queda del Maestro de Galilea en la santa casa de Roma.

José Ignacio Munilla, aseguró, en declaraciones a la cadena SER, que existen males mayores que el que está sufriendo el pueblo de Haití tras el potente terremoto que asoló Puerto Príncipe hace unos días. Para Munilla, mucho peor que las muertes, el dolor y el caos instalado en la isla caribeña, donde los muertos superan ya los 50.000, es nuestra pobre situación espiritual y nuestra concepción materialista de la vida. Son dos defectos que caracterizan a nuestra sociedad, en opinión del obispo, y por los que deberíamos llorar.

Transcribo esta información tal como la han dado las agencias porque me parece la más adecuada para contrastarla con un fragmento de la excelente crónica que publica hoy el diario El País, firmada por su enviado especial en Puerto Príncipe Pablo Ordaz: Todavía se siguen produciendo réplicas, la tierra sigue temblando, 20 veces desde el gran sismo del martes, y cuando eso sucede, dice Pierre Marquise, un vecino de la calle Maranata, la gente llora. "Llora", dice Pierre, "y se pone a llamar a Jesús". Pero Jesús no acude. Si lo hiciera sería tal vez la primera en la historia de Haití, el país más pobre de América, que ya es decir.

Más de cincuenta mil católicos se han dado de baja en Austria el año pasado ante el giro conservador de la iglesia vaticana, leí ayer en el diario argentino Página/12. En verdad es una cifra llamativa que debería preocupar a los gestores de cualquier institución que se precie. Monseñor Munilla, llevado por un celo excesivo en hacerse notar y aplicar ese giro retrógrado a su parroquia, acaba de colaborar en el descrédito que mina la trayectoria vaticana desde hace unas cuantas décadas. ¿Se imaginan a monseñor diciéndoles eso mismo a los seres humanos que bajo los escombros de Haití lloran y llaman a Jesús?

RedDIARIO
¿Desafortunada expresión o ideología fundamentalista? (Atrio).

3 comentarios:

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
DdA dijo...

Como en cualquier medio de comunicación que se atenga a las ideas, los insultos o descalificaciones personales están de más en éste.

Anónimo dijo...

Deberías haber añadido que ese cura diría luego que sus declaraciones han sido sacadas de contexto.

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