jueves, 10 de septiembre de 2009

LA CENA DE CHAVES CON CEBRIÁN Y DELKADER



Lazarillo

Dejando a un lado las tópicas consideraciones sobre el alto precio del tenedor, la información que hoy he rastreado en El Confidencial es en verdad muy sazonada para indagar en los intríngulis que se dan en las relaciones entre el Grupo Prisa y el actual Gobierno. La cena en el afamado restaurante Zalacain entre el vicepresidente tercero Manuel Chaves y el consejero delegado de la citada empresa Juan Luis Cebrián, acompañado de quien ocupa ese mismo cargo en la cadena SER, Augusto Delkader, tuvo lugar hace un par de noches.

La convocatoria de mantel se dio, pues, al inicio del curso político y nada tendría de particular si como precedente de la misma no constara impreso en el diario El País, en fecha tan reciente como el pasado 21 de agosto, uno de los artículos críticos más punzantes suscritos por el señor Cebrián contra el Presidente Rodríguez Zapatero (Un desatino), a quien llegó a tildar de corrupto por la aprobación del decreto-ley de la TDT de pago. Sostenía quien fuera primer director del mencionado rotativo que la razón de la urgencia que el decreto exhibe -el impulso a la antenización de los hogares- es tan peregrina que merece incorporarse al museo del arbitrismo de nuestros Gobiernos, ya colmado de ocurrencias como los famosos descodificadores simulcrypt de Arias-Salgado o el regalo de las bombillas de bajo consumo por parte de Sebastián. La ideología no es ninguna frontera para la incompetencia. Tampoco para la corrupción. La sospecha de que la verdadera urgencia para la aprobación del decreto ley es favorecer los intereses de una empresa cuyos propietarios están ligados por lazos de amistad al poder ha sido sugerida incluso por aquellos que han aplaudido la medida. Gobernar para los amigos desdice de la transparencia exigible a cualquiera; hacerlo mediante un procedimiento excepcional supone un motivo más de preocupación para los votantes que creen en la moralidad de las propuestas de los políticos.

No contento con su exposición escrita en La Cuarta del citado periódico, Juan Luis Cebrián fue mucho más explícito ante los micrófonos de la SER, el mismo día de la aparición de su artículo, al afirmar que estar en el poder no autoriza al Gobierno a gobernar de manera caprichosa y arbitraria, comportándose como el de una república bananera. Zapatero -aseguraba Cebrián en referencia sin mención al grupo Mediapro-, está utilizando sus relaciones personales para tratar de organizarse su propio y peculiar grupito de medios en torno a él, con desprecio a la libertad de mercado.

Comenta hoy El Confidencial que el Grupo Prisa necesita este mismo otoño una urgente inyección de liquidez no inferior a 300 millones de euros y que podría darse el caso de que la reunión de Manuel Chaves con Cebrián y Delkader se haya convocado para limar las asperezas con el Gobierno que el artículo del primero y la línea editorial de El País últimamente vienen manteniendo. Cabría la posibilidad incluso de que don Juan Luis se tornara más sumiso con quien, como el señor Chaves, formó parte de los gobiernos de don Felipe, tan generosos con el Grupo Prisa cuando esta empresa mediática no tenía competencia con la que repartir sus pingües y prolongados beneficios y estaba muy lejos de apelar como ahora a la libertad de mercado.

PS.- Aunque la imagen que ilustra este comentario se presta a ser interpretada como favorable a la avenencia, pertenece a otro ágape, no al glosado.

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