miércoles, 1 de julio de 2009
LOS OBISPOS ITALIANOS “FORNICAN” CON BERLUSCONI
Melibea
Tal pareciera, por el enunciado del titular, que la aseveración la hubiese formulado el mismísimo Darío Fo en uno de sus espectáculos teatrales cómico-burlescos, tan satíricamente cáusticos contra la jerarquía eclesiástica. Pero no, quien así habla pertenece a la institución vaticana y lo hace en calidad de sacerdote de la diócesis de Génova. Se llama Paolo Farinella y suscribe esa afirmación en una carta abierta difundida por Micromega, una publicación perteneciente al grupo La Repubblica, el periódico que tan señaladamente se ha caracterizado por airear las licenciosas juergas del primer ministro italiano.
La epístola en cuestión lleva por título Sin la profecía sólo queda la complicidad, y la dirige Farinella a su superior el cardenal Angelo Bagnasco, obispo de Génova: "Me ha llamado la atención -dice el sacerdote- la delicadeza, casi el disgusto con el que ha tratado –o mejor dicho no ha tratado- la cuestión moral (¿o inmoral?) a que se enfrenta nuestro país a causa del comportamiento el presidente del gobierno, algo que ya se ha demostrado de forma inequívoca: trato habitual con menores, perjurio sobre sus hijos, uso de la falsedad como herramienta de gobierno, planificación de la mentira en los medios de comunicación que controla, calumnia como arma política".
Farinella denuncia la complicidad de la Conferencia Episcopal de su país, que sigue “fornicando” con Berlusconi en lugar de censurarle resueltamente, tal como merece. En ese sentido, según el sacerdote, los obispos son corresponsables y cómplices, tanto si callan como si, peor aún, intentan reducir la dimensión de las responsabilidades personales que le incumben a don Silvio: “Tan ladrón es el que roba como el que aguanta el saco. ¿Por qué le aguantan el saco a Berlusconi y a su indecente mayoría? ¿Por qué no levantan la voz para decir que nuestro pueblo es un pueblo drogado por la televisión, en un 50% propiedad personal del presidente del gobierno? (…) ¿Por qué siguen fornicando con un hombre inmoral que predica los valores católicos de la familia y luego se divorcia, se vuelve a casar, vuelve a divorciarse y se rodea de menores para solazarse en su senil falta de virilidad?"
Les reprocha Paolo Farinella a los respetables monseñores de su país "¿por qué no dicen que con hombres así no tienen nada que compartir como creyentes, como pastores y como garantes de la moral católica? ¿Por qué no le han condenado cuando rechazó a los inmigrantes, enviándoles a una muerte segura? ¿No es acaso el mismo hombre que hizo un decreto para salvar a toda costa la vida vegetal de Eluana Englaro? ¿No son ustedes mismos los que defienden la vida «desde su inicio hasta su conclusión natural»? ¿La vida de los negros vale menos que la de una blanca? ¿Hasta ese punto les ha contaminado la herejía de la Lega y del berlusconismo? ¿Por qué no dicen que los católicos que le respalden, de la manera que sea, son corresponsables y cómplices de sus crímenes, que también condena la ética natural?”
"Eminentísimo señor cardenal -concluye el sacerdote-, en nombre de ese Dios que dice usted representar, dénos una muestra de profecía, un susurro de evangelio, un relámpago veraniego de coherencia, de fe y de credibilidad. Si no puede hacerlo el 50% que le incumbe al presidente de la CEI «por intereses superiores», que lo haga por lo menos el otro 50% que le incumbe al obispo de una ciudad donde mucha, por no decir muchísima gente se está alejando de la vida de la Iglesia debido a la moral elástica de los obispos italianos, basada en el principio de oportunismo. (…) Eminentísimo señor cardenal, ¿podemos tener aún la esperanza de que los obispos ejerzan su ministerio con autoridad, sin alquimias que den cobertura a los ricos poderosos y perjudiquen la limpieza de la verdad, tal como enseña Juan el Bautista, que al Herodes de turno le grita, sin temer por su vida: «Non licet»? Al Precursor su palabra de condena le costó la vida, mientras que a ustedes el «callar» les trae suerte”.
RedDIARIO
El nuevo Papi de Roma. (Orencio Osuna, Nueva Tribuna).
2 comentarios:
Obispos así sólo los hay en Italia y en España, por que dicen cuando hablan, por lo que callan cuando deberían hablar.
Buen verano, Melibea y compañía. Salus.
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