Melibea
Como los habrá entre nuestros pacientes lectores que sigan queriendo saber, por muy reconocidos que sean sus presupuestos y formulaciones sobre América Latina, la opinión del potentado escritor Mario Vargas cuando se dan casos como el del reciente golpe militar en Honduras, bien está leer el artículo que hoy publica el diario El País bajo el título El golpe de las burlas.
Habla Vargas del todopoderoso Hugo Chávez, capaz de sobornar al presidente Zelaya, al igual que a sus otros vasallos latinoamericanos, vendiéndole el petróleo de su país a precio de ganga y con créditos generosos, y, sobre todo, apoyando sus apetitos reeleccionistas. Se refiere asimismo don Mario a la necesidad de adelantar las elecciones, previstas en Honduras para el mes de octubre, a fin de solventar lo más rápidamente posible la anómala situación que vive aquella república, tanto por culpa de los militares que asaltaron la Presidencia con nocturnidad -afirma Vargas igualando a los golpistas con el presidente constitucional- como de las arteras maniobras de Mel Zelaya y su gurú ideológico, Hugo Chávez.
Eso, según el escritor hispano-peruano, sería realizable si la comunidad internacional colabora con la infraestructura electoral, llevándose a cabo bajo la responsabilidad y vigilancia de las Naciones Unidas y con observadores internacionales de la Unión Europea y de organizaciones políticas y de derechos humanos como la Fundación Carter, Amnistía Internacional y Americas Watch. A tal fin sería imprescindible la reposición de Mel Zelaya como primer mandatario, pues sólo a su gobierno, democráticamente elegido, compete la legalidad de tal convocatoria.
Si eso se diera, prestigiado fabulador Vargas, tengo la sensación de que a Manuel Zelaya, o a quien siguiera su misma línea política, lo refrendaría la ciudadanía, porque no hay mejor alegato que haberse resistido a un golpe de Estado y mantener viva además, y con el respaldo de la comunidad internacional, la voz para reafirmarse con la única alternativa de los votos frente a las botas de los milicos, que tanta sangre derramaron a lo largo de la historia en América Latina. También le valdría a Zelaya como argumento favorable el que utiliza Marcos Roitman en su artículo de hoy en el diario La Jornada de México: ¿Es ilégitimo consultar al pueblo?
RedDIARIO
En Honduras ha habido un golpe de Estado, pero la prensa ya habla de “el presidente Micheletti”. Y de diálogo entre las “dos partes”. Sin duda el diálogo, la firmeza diplomática, las declaraciones contundentes, harán entrar en razón a los golpistas, ¿a que sí? Estos tipos que secuestran a un presidente y dan golpes son un poco impulsivos, es cierto, pero no son tan mala gente. La idea general es ésta: el golpe es un borrador, en sucio, ahora sólo falta pasarlo a limpio con una “elecciones democráticas”. Y ya está, así se hacen las cosas, ¿verdad?
Rafael Reig, Público.
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