jueves, 30 de julio de 2009

EL ATENTADO DE ETA EN BURGOS


Félix Población

Todos los periódicos recuerdan hoy el atentado de ETA en la casa cuartel de Vic hace casi veinte años. Aquella bomba causó diez víctimas mortales el 29 de mayo de 1991. Pudo ocurrir lo mismo en la casa cuartel de Burgos la madrugada del pasado miércoles. Así lo evidencian los cuantiosos daños materiales ocasionados en el edificio por la potente carga explosiva detonada por los terroristas.

Llama la atención la astucia de la que se sirvieron los etarras para duplicar la placa de matrícula de la furgoneta de un vecino a fin de que el vehículo no llamara la atención a los agentes de la Guardia Civil. Contrasta esa perfidia con la ubicación de la furgoneta en un piso de tierra, algo que en opinión de los expertos ha privado a la deflagración de mayor poder destructivo, pues al provocar un hondo boquete en el terreno priva a la explosión de buena parte de la magnitud expansiva que tendría sobre asfalto.

Quizá los terroristas hubieron de conformarse con esa ubicación por no encontrar otra más adecuada para saldar con sangre su criminal acción. El ministro Rubalcaba asegura que se trata de un gran atentado fallido que buscaba víctimas mortales. En ese sentido, según sus palabras, la acción terrorista tiene un carácter especialmente canalla, enmarcado en una estrategia de violencia sostenida y enloquecida.

Puede ser que el ministro no se equivoque, pero eso, que habría ocurrido posiblemente de no haber estacionado los terroristas la furgoneta sobre piso de tierra, abriendo la bomba un socavón de dos metros de profundidad y siete de anchura, no creo que se les haya pasado por alto a los etarras. Como por desgracia, y aunque a veces sus más jóvenes cachorros yerren, todos sabemos que ETA tuvo y tiene una probada capacidad asesina, sería importante discernir si la banda actuó así en Burgos porque quiso o porque no pudo situar la furgoneta en el lugar más idóneo para causar el mayor daño posible.

De todos modos, no siendo por fortuna las consecuencias del último atentado tan cruentas como las de Vic, los etarras han logrado demostrar al Gobierno y a la sociedad su potencial destructivo. Que lo sigan teniendo no debe ser motivo para que fuercen el diálogo que rompieron en su día con el atentado de Barajas. Las palabras se arman en paz y visto que ETA pretende buscarlas a bombazos hay que acabar con la libertad e impunidad de los terroristas y sus cómplices mientras no admitan su derrota. Ese camino, por desgracia, va a seguir siendo muy duro. La magnitud del atentado de Burgos lo presagia.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

ETA ES MÁS FUERTE DE LO QUE PARECE Y VA A DAR MUCHOS DISGUSTOS ANTES DE FONIQUITAR.

Anónimo dijo...

Todo presagia que el verano será la estación de fuerza ETA después de matar a dos guardias en Mallorca. Pero no podrán con la ley.

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