LA DERECHA GANA PORQUE NO SE ABSTIENE

Félix Población

Las recientes elecciones al Parlamento Europeo se han saldado con una notable victoria de los partidos de derecha en la mayoría de los países y un alarmante repunte de las formaciones ultraderechistas en Holanda, Austria, Rumanía y Hungría. Junto a esto, se ha dado también un significativo incremento de respaldo popular a los partidos ambientalistas, como ha ocurrido en Alemania y Francia.

La involución del voto socialista en Europa ha seguido el mismo camino que el índice de participación ciudadana en las urnas. En las convocatorias celebradas durante los primeros quince años, entre 1979 y 1994, los socialdemócratas obtuvieron siempre muy buenos resultados. Hasta ese último año, la participación estaba por encima del 55 por ciento. La primera victoria del Partido Popular Europeo, hace dos lustros, coincide con un descenso en el número de votantes por debajo del 50 por ciento. En los últimos comicios la participación no pasó del 43 por ciento.

Es obvio el corolario que evidencian estos datos: la abstención derrota a los partidos socialistas o socialdemócratas. Según sea el grado de participación del electorado de derecha, así será el valor de su victoria, tal como ocurrió en dos comunidades de nuestro país, Madrid y Valencia, donde el PP se impuso rotundamente gracias a ese incremento participativo, a pesar o por causa de los casos de corrupción en los que están imputados algunos de sus dirigentes.

Tanto en España como en Europa, los triunfos de los partidos progresistas suelen ocurrir cuando se da una mayor participación del electorado, en tanto que las victorias de la derecha coinciden con todo lo contrario. Si el desánimo democrático beneficia a los partidos conservadores y hace rebrotar a las formaciones ultraderechistas, habrá que preguntarse por qué se da ese desánimo de izquierda.

Cuando nos enfrentamos a una derecha tan reaccionaria como la que representa Berlusconi en Italia y el Partido Popular en nuestro país, no basta con incentivar al electorado con cuatro mítines en las semanas previas a los comicios. Para que el electorado de izquierda o centro-izquierda participe en las urnas es preciso ante todo ganarse su sufragio con una política concorde con esa izquierda en la que el PSOE sólo se instala nominalmente cuando está en campaña.

Si la abstención se da en Europa, y de ello se resiente la socialdemocracia, es porque frente a la autenticidad conservadora que hace participativo al electorado de derecha, no se da la correspondiente autenticidad ideológica entre lo partidos que deberían concitar el voto de la izquierda o del centro-izquierda. Es mucho más que preocupante que por culpa de ese desánimo democrático progresista del que son responsables los Socialistas Europeos, el Parlamento de Estrasburgo quede reforzado por la derecha y con una ultraderecha rebrotada y expansiva.

RedDIARIO
La izquierda en 2009: un cadáver recorre Europa. (Andrés Villena).